miércoles, 5 de diciembre de 2018

Tornadizos de Ávila. Ultreia. 1.


Hace pocos años, muy pocos, llegó a mi conocimiento que el Camino del Sureste, hacia la tumba del Patrón de las Españas, pasaba por la - para mi - entrañable localidad de Tornadizos de Ávila.

Yo, veía unas flechas amarillas, pintadas en postes de conducción eléctrica, en las lanchas de granito y hasta en la esquina del ampliado Camposanto, siempre en dirección noroeste.

     Me gusta subir el camino de la Pililla, hacia el Cementerio. Subo, por visitar a mis seres queridos, charlar con Leandro y con algún desconocido andante camino de Naturavila.

     Levemente inclinado, el peregrino, por el peso de su mochila y calzado con zapatillas de trekking, propias para la diversidad de pisos: asfalto, hormigón, zahorra o gravilla. En su mano un bordón. En su pregunta la próxima desviación.

    - Siga adelante; tras el piso de asfalto, un camino descendente en tierra, bordea una cerca de espino. Al final del camino, la flecha amarilla le invita a cruzar la carretera L505, donde el mismo camino de tierra le lleva a Naturávila.

     Allí, cuenta con un bar para saciar la sed o  una casa de comidas, creo se denomina "La Alquería" donde puede reponer fuerzas. Desde allí, le indican el camino hacia Ávila que le lleva a las ruinas de la ermita de la Virgen de las Aguas, ya en el casco urbano de la Ciudad Amurallada.-

   
     El bordón, despejó mis dudas sobre el caminante, estaba ante un peregrino. El rural camino de La Pililla, ese camino junto al Cementerio, no era una simple
vía rural, Era la universal senda hacia Santiago de Compostela. camino nacido en Alicante, que tras 1050 kilómetros  se planta en la plaza de la Quintana ante la puerta Santa del templo ctedralicio consagrado a sepulcro del hijo del Zebedeo.

     Me consuela que el viejo camino, pasa pegadito al Camposanto de la localidad. Algún cansado peregrino dedicará una oración a quienes allí, hacen vera en la margen de tan apostólico camino. Mi consuelo, es que las cenizas de mi Esposa y con el tiempo las mías, gozarán del privilegio de quienes dormimos junto a un camino de ultreia, una senda de " Vamos más allá " Un ultreia, un más allá, que nos levantará para compartir, juntos otra vez, la eternidad.  

La noticia me ha forzado a revolver: reseñas, escritos, y escasas noticias sobre hechos acaecidos en los 1050 kilómetros de recorrido desde Alicante y en las 350 localidades por las que transcurre.

      Como vallisoletano, siempre me ha atraído la figura de Don Alvaro de Luna, enemigo de la nobleza levantisca, la misma que le condeno, con el apoyo de la segunda esposa de Juan II, Isabel de Portugal.

    El el cuadro al oleo 1.858 de Cano de la Peña se muestra el velatorio del Condestable en la Iglesia de San Andrés. Atrayente, el pajecillo Morales que entregó su sortija de oro, para ayudar en el enterramiento de su señor.

   Aparecen en la pintura, los nobles intrigantes y causantes de la condena de Juan II, de la que fue absuelto Don Alvaro, años después y ya tarde. Serios remordimientos apenaron a Juan II, por haberla ordenado; pesar y sentimiento que le llevó hasta su muerte.

   Este cuadro y mi bautismo en la iglesia de San Andrés, me emocionó desde mi niñez; me movió a compasión por un Don Alvaro, cuya principal idea era la de reducir a la alta nobleza y someterla a su Rey. Política que más tarde ejecutarían los Reyes Católicos. Infantil sentimiento que no evita la desmesurada codicia y atesora miento de: bienes, tierras, lugares y poderes de el de Luna.

   Tan atrayente el Condestable, aún más, lo fue su segunda esposa La Triste Condesa, defensora de los bienes a heredar, por su hija e hijo, que Don Alvaro atesoraba; eran inmensos y promovian la envidia de la nobleza y de el Heredero del Rey Juan II, el impotente Enrique IV

      Tan defensora de la herencia del Condestable para sus hijos, que no dudó, desde el castillo de Montalbán, en abrir fuego con sus truenos y lombardas, sobre su mismísimo rey, Enrique IV  hijo de la primera esposa de Juan II,María de Aragón. Enrique tras los disparos de Juana de Pimentel tuvo que huir a uña de caballo, fracasada la cita con la Condesa, para obligarla a entregarle sus riquezas.

     Condenada a muerte por su rey, más tarde fue perdonada, pero tuvo que ceder parte de sus posesiones, entre ellas la de El Colmenar, hoy denominado Mombeltrán y la fortaleza de La Adrada, a favor del nuevo valido, Don Beltrán de la Cueva. 

     Nunca le fue arrebatado el castillo de Arenas. Doña Juana de Pimentel, siempre firmaba sus documentos con el apelativo " La Triste Condesa"

      Esta vez, la noticia es curiosa. Retrocedamos en el tiempo, situemosnos en el Camino del Sureste.

     Don Álvaro, en sus buenos años, compra el puente de la localidad, antiguamente árabe, de El Alamín, desaparecida localidad de origen islamista. Destruye Don Álvaro, el puente y repara el de su propiedad, junto a su fortaleza en Escalona. Con ello, modifica el Camino Real de Valladolid y Ávila a Toledo -nuestro Camino del Sureste- y llena de monedas su bolsa, al cobrar el derecho de pontazgo. Cosas de Don Alvaro.!!

"El dicho Maestre y Condestable Don Alvaro de Luna deshizo una puente que tenia el no de Alberche junto al castillo de Alhamin, mandandola derribar, que hoy dia estan los pilares de cantería de piedra de la dicha puente y muy fuertes sin los arcos, y esto fue por ennoblescer a la villa de Escalona, porque el camino Real que viene de Valladolid y de Castilla la Vieja a la ciudad de Toledo antiguamente venia por esta puente, y pasaba por junto al castillo de Alhamin, y dicen que es camino mas derecho y mas corto, y por ennoblescer a Escalona mando edificar la puente que esta hoy dia en el dicho rio junto a Escalona y es el camino por alli y por adjudicar el pontazgo a Escalona” (Relaciones III, p. 604)"
      
 Mi afición por el Condestable, ya me ha separado de la escueta finalidad de conocer este Camino Jacobeo. Perdonarme me haya pateado el Camino antés de llegar al límite con Ávila-

     Quiero cernirme, o sea, pongo en el cedazo, la ruta entera y recojo la harina fina que se refiere a nuestra provincia de Ávila para otro ULTREIA.

   Abandono el castillo de Escalona, me salto Cadalso de los Vidrios y me introduzco en la provincia de Ávila cabe los mismísimos Toros de Guisando.

    Desde allí, dos vías a elegir: una por El Tiemblo u otra por Cebreros; en este, nuestro caso, la sed del peregrino se  sacia con el buen vino cebrereño, sin desdeñar los espesos caldos y cocidos de El tiemblo.

      Los peregrinos, sobre bicicleta, tomarán la vía hacia El Tiemblo y El Barraco; subirán La Paramera y en el descenso, refrescarán su sed y venerarán a la Virgen de Sonsoles, patrona del Valle Amblés, cuya llave de entrada es Ávila-

      Antes de despedir a los ciclistas y uniéndonos al grupo de los esforzados peregrinos caminantes, que saltarán por Cebreros, las estribaciones montañosas del Sistema Central.

    Nos detenemos, ambos grupos, ante cuatro esculturas zoomórficas vetonas, cuyo origen procede -Dios lo sabe- de los siglos III al IV antes de Cristo. Son los Toros de Guisando, hoy cuatro, antiguamente debieron ser cinco.

    Por hoy, ponemos punto y descanso a nuestro caminar  por esta senda jacobea. 

BUENAS NOCHES, MAMÁ
Una vieja canción, modernizada, por aquel caballero "La Gala de Medina, La Flor de Olmedo."  Fecundidades de ese as de las Letras llamado Lope de Vega.
En Olmedo Don Alvaro de Luna asestó una derrota a las huestes enemigas, pero no fue definitivo el golpe.

https://www.youtube.com/watch?v=Rtny1-EawRQ

https://www.youtube.com/watch?v=EC3I4XpVbeI