martes, 22 de agosto de 2017

SIN COSTILLA.




        Hola Mamá, me ha resultado gratificante, rememorar los versículos del Génesis, en aquel paraíso donde Adán se sentía solo. Yahvé, se dio cuenta de que el hombre, precisaba una ayuda proporcionada a él:
- NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO.

      Yahvé, infundió un profundo sopor sobre Adán que se adormeció. Tomando uno de sus huesos, (unos traducen la palabra bíblica como costilla; otros aseguran que fue el báculo del que carecemos) y con  enorme acierto, yo diría -recreándose en su obra- creó a la Mujer. Tan satisfecho estaba Yahvé de su obra, que no dudó un segundo en presentársela a Adán.


    Para mí, la creación de la Mujer, fue la más bella y única escultura clásica lograda del polvo del Edén. Tan bella y lograda, que el Sumo Escultor, para darle vida, lanzó un soplo sobre su obra, dotándola de cualidades propias del humano y
regalándole, un  femenino abanico de virtudes carentes en el hombre.

      Yo, Mama, admiro a la Mujer por ti y su apretado ramillete de cualidades, innatas en ella y distintas a la masculinidad. Si Yahvé, al crearla, estaba satisfecho de su obra, sólo un necio o un engreído de su masculinidad, no llegará a disfrutar y tasar, el espiritual valor de quien le asignaron por compañera.

Yo creo que el escritor del Génesis, se quedó corto, no se atrevió a relatar en palabras escritas, los sentimientos de Yahvé, al contemplar su femenina obra creada, para Yahvé excelsa.

Me hubiese gustado releer,(nunca fue escrito) el sentir del Sumo Hacedor, ante la Madre de todas las generaciones. Él la dotó, entre todas sus virtudes, de una esencial para la progenie, la Fecundidad.

Tengo una duda. Los cánones de belleza clásica, muestran el cuerpo de la mujer, conformada en mediciones y curvas, modelo para griegos, romanos y renacentistas. 

Las excavaciones llevadas a cabo sobre períodos anteriores, nos muestran una mujer alejada de los cánones clasicistas.


Ese alejamiento del aspecto, regla y guía del academicismo, quizás  empobrezca nuestra apreciación actual de la belleza. Sería preciso preguntar a un neardenthal, si su compañera era o no bella.
A buen seguro nos respondería que sí, hermosa y deseable.

A veces, las decisiones de la Mujer, anteponen el bien de los suyos a las normas legislativas. Deseo toda la suerte moral, para esta brava mujer, llamada Juana Arribas. Ha cargado sobre sus hombros, todo el peso que la Ley descargue sobre ellos, en defensa de sus hijos.

Y es que, cuando el Sumo Hacedor, cargó sobre el barro del hombre, el poderío, la fortaleza, la virilidad y la sapiencia, escondió en el rebozo de su manto la perla de la feminidad, la esmeralda de la delicadeza, el rubí de la entrega amorosa y el topacio del amor engendrado hacia sus hijos.

No es bueno que el Hombre esté solo. 

Mamá, desde que volaste al cielo, no hago más que asentir a la afirmación del Génesis. Cuando pierdes a tu compañera, es cuando valoras y echas en falta, todas aquellas delicadas virtudes que Yahvé entresacó de su manto, para infundirlas en la primera compañera del Hombre.

Recatadas, sumisas, esconden el ser portadoras de las mismas cualidades del Macho, enjoyándolas con las piedras preciosas de Mujer.

Afortunadamente, la Mujer de hoy, puede y logra desenvolverse sin el apoyo del Hombre.

Sólo me resta añadir que si no es bueno que el Hombre esté solo, tampoco debe estarlo la Mujer.

Mamá, déjame dedicar esta bonita Habanera a Blanquita y a Nati Mistral para que la espuma del Malecón las moje sus zapatillas, aquí y por allá arriba y puestos, Mama, que moje también las tuyas.

BUENAS NOCHES, MAMÁ.

https://www.youtube.com/watch?v=cSXniMJ0zoM

      

domingo, 6 de agosto de 2017

FALTO DE FEMINIDAD.



      Cada día más deseada Mamá.
      
      Mi solitaria vida está convirtiéndose en un resultado de masculinidad. Echo de menos la feminidad en mi cotidiano quehacer. Me afeito y me veo a mi mismo como hombre; paso mi mopa, por el parquet del pasillo y al fondo, la luna de un espejo, refleja mi figura masculina.

      Salgo de casa para tomar un café en el "Maspalomas" y el cristal azogado del vestíbulo, refleja los movimientos de un señor, asegurando la cremallera de su pantalón.

      Toda actividad en mi hogar solitario, transpira a humano masculino, a caballero, a señor, a hombre. Echo de menos, suspiro y anhelo, un aire de feminidad. 

     
Antes, cuando tú Mamá vivías, el aire de nuestro hogar era un pebetero de unión aromática, entre lo femenino y lo masculino. Cada género, se aplicaba a sus funciones, en equilibrada y competente acción conjunta.

      Tras marcharte, tras dejarme solo, mi hogar, pese a estar lleno de tus recuerdos, de tus queridas cosas, de repletos cajones, con telas bordadas para una feliz convivencia y uso, me muestran tu feminidad acentuada, pero pasada; la veo, pero no la palpo, no la siento, se ha vuelto inexpresiva.

       Mamá, estoy cansado de tanta masculinidad en mi vida y hogar. Me faltas tú, me falta esa condición: física, moral y de afectos propia y connatural a la mujer,

      Antes Mamá, ni me fijaba en la fémina con la que me cruzaba, yo me sentía servido satisfactoriamente de feminidad. Tras irte, me he sentido exactamente igual, con tu recuerdo, cargado de delicadeza y ternura durante dos años y cinco meses.

      Últimamente, no siento vergüenza en confesarlo, si me cruzo con una mujer, solapadamente me fijo en su belleza; si no lo es, en su talle y figura. Cuando charlo con una fea convecina, me encanta: su gracejo, su simpatía su afabilidad. Son cualidades que brillan esplendorosas, arrinconando su incumplimiento con el canon actual de belleza.


Sólo me sublevo contra parte de la feminidad, de una vecina, amable ella, pero pícara; es muy observadora, está atenta a mis escapadas del hogar hacia la carretera.

 Cuando certifica mi bajada al garaje, para tomar el automóvil, consciente de mi ausencia por mas de una hora, tiene la fea costumbre de barrer su terraza hacia afuera. 

No usa allí su recogedor, empuja el blanco polvo de tres semanas, hacia el patio central. Mi cuidada terraza, por bajo de la suya, recibe un bautismo polvoriento, que la cubre con el níveo hábito de los neófitos y me afila los nervios, por falta de feminidad en mi vecina y sólo en este suceso, en el resto es muy femenina.

      Salvo la excepción apuntada anteriormente, me encanta el sencillo conversar con el género opuesto. Mi factura de teléfono recoge los consumos de llamadas a mis hermanas, a mis cuñadas, a primas y especialmente a una buena mujer que sólo busca amistad y ayudar a quienes, como ella viven sin ese 2 en su pareja. Como ves, Mamá, necesito sentir a mi lado el apoyo femenino. No deseo nada carnal, sólo: oír voces delicadas, frases alentadoras, voces cariñosas, todas las cualidades que, intrínsecamente, conlleva la feminidad.

      Tú, luchadora, acrecida amazona en el devenir diario, no tuviste que combatir. El regalo de tu persona, conseguía lo que quería de mi, y yo encantado, de poner a tus pies la  petición solicitada, como una ofrenda a mi Diosa.

      Tu ya larga ausencia me obliga a pensamientos tristes, a echar de menos esa feminidad tuya. Mama, no sólo me faltas tú, me falta el hálito que una mujer desprende, cuando convive con su hombre.

      Tú querido lector/a, no eres el primer mal pensado/a. Te he precedido yo en tu desacertado pensamiento, que no es otro que éste: -No estarás buscando nueva mujer a tu lado.

      Pues de momento, no. El añorar las cualidades que adornan a la mujer, no supone buscar a la sujeto que las comporta. Eso sí nunca digas "desta agua no beberé"

      Recuerdo Esposa, muchas, muchísimas veces, tu famoso dicho. 

      Cuando te aconsejamos solicitar los servicios de una señora para ayudarte, sentenciabas: - En mi casa no entra nadie.

      Por eso, Mama, yo me realizo mis tareas caseras. Mientras pueda, en tu casa no entra nadie, pero preciso: necesito un soplo de feminidad. La casa me huele a masculino, a varonil a demasiado viril, 

      Sopla desde tu estrella, un algodón de femenina nube, que refresque nuestra casa, la tuya y mía, con ese fragante aroma que contigo te llevaste.

BUENAS NOCHES, MAMÁ. Mi amazona.

https://www.youtube.com/watch?v=JqKVkQsIaZc