Hola Mamá, me ha resultado gratificante, rememorar los versículos del Génesis, en aquel paraíso donde Adán se sentía solo. Yahvé, se dio cuenta de que el hombre, precisaba una ayuda proporcionada a él:
- NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO.
Yahvé, infundió un profundo sopor sobre Adán que se adormeció. Tomando uno de sus huesos, (unos traducen la palabra bíblica como costilla; otros aseguran que fue el báculo del que carecemos) y con enorme acierto, yo diría -recreándose en su obra- creó a la Mujer. Tan satisfecho estaba Yahvé de su obra, que no dudó un segundo en presentársela a Adán.
Para mí, la creación de la Mujer, fue la más bella y única escultura clásica lograda del polvo del Edén. Tan bella y lograda, que el Sumo Escultor, para darle vida, lanzó un soplo sobre su obra, dotándola de cualidades propias del humano y
regalándole, un femenino abanico de virtudes carentes en el hombre.
Yo, Mama, admiro a la Mujer por ti y su apretado ramillete de cualidades, innatas en ella y distintas a la masculinidad. Si Yahvé, al crearla, estaba satisfecho de su obra, sólo un necio o un engreído de su masculinidad, no llegará a disfrutar y tasar, el espiritual valor de quien le asignaron por compañera.
Yo creo que el escritor del Génesis, se quedó corto, no se atrevió a relatar en palabras escritas, los sentimientos de Yahvé, al contemplar su femenina obra creada, para Yahvé excelsa.
Me hubiese gustado releer,(nunca fue escrito) el sentir del Sumo Hacedor, ante la Madre de todas las generaciones. Él la dotó, entre todas sus virtudes, de una esencial para la progenie, la Fecundidad.
Tengo una duda. Los cánones de belleza clásica, muestran el cuerpo de la mujer, conformada en mediciones y curvas, modelo para griegos, romanos y renacentistas.
Las excavaciones llevadas a cabo sobre períodos anteriores, nos muestran una mujer alejada de los cánones clasicistas.
Ese alejamiento del aspecto, regla y guía del academicismo, quizás empobrezca nuestra apreciación actual de la belleza. Sería preciso preguntar a un neardenthal, si su compañera era o no bella.
A buen seguro nos respondería que sí, hermosa y deseable.
A veces, las decisiones de la Mujer, anteponen el bien de los suyos a las normas legislativas. Deseo toda la suerte moral, para esta brava mujer, llamada Juana Arribas. Ha cargado sobre sus hombros, todo el peso que la Ley descargue sobre ellos, en defensa de sus hijos.
Y es que, cuando el Sumo Hacedor, cargó sobre el barro del hombre, el poderío, la fortaleza, la virilidad y la sapiencia, escondió en el rebozo de su manto la perla de la feminidad, la esmeralda de la delicadeza, el rubí de la entrega amorosa y el topacio del amor engendrado hacia sus hijos.
No es bueno que el Hombre esté solo.
Mamá, desde que volaste al cielo, no hago más que asentir a la afirmación del Génesis. Cuando pierdes a tu compañera, es cuando valoras y echas en falta, todas aquellas delicadas virtudes que Yahvé entresacó de su manto, para infundirlas en la primera compañera del Hombre.
A veces, las decisiones de la Mujer, anteponen el bien de los suyos a las normas legislativas. Deseo toda la suerte moral, para esta brava mujer, llamada Juana Arribas. Ha cargado sobre sus hombros, todo el peso que la Ley descargue sobre ellos, en defensa de sus hijos.
Y es que, cuando el Sumo Hacedor, cargó sobre el barro del hombre, el poderío, la fortaleza, la virilidad y la sapiencia, escondió en el rebozo de su manto la perla de la feminidad, la esmeralda de la delicadeza, el rubí de la entrega amorosa y el topacio del amor engendrado hacia sus hijos.
No es bueno que el Hombre esté solo.
Mamá, desde que volaste al cielo, no hago más que asentir a la afirmación del Génesis. Cuando pierdes a tu compañera, es cuando valoras y echas en falta, todas aquellas delicadas virtudes que Yahvé entresacó de su manto, para infundirlas en la primera compañera del Hombre.
Afortunadamente, la Mujer de hoy, puede y logra desenvolverse sin el apoyo del Hombre.
Sólo me resta añadir que si no es bueno que el Hombre esté solo, tampoco debe estarlo la Mujer.
Mamá, déjame dedicar esta bonita Habanera a Blanquita y a Nati Mistral para que la espuma del Malecón las moje sus zapatillas, aquí y por allá arriba y puestos, Mama, que moje también las tuyas.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
https://www.youtube.com/watch?v=cSXniMJ0zoM