martes, 5 de septiembre de 2017

EL TENDEDERO.



      Mi amada Esposa, me vas a perdonar la tardanza en reanudar el hilo, que - por amor - me he inventado para contarte mis cosas. A veces dudo de la conectividad de mi hilo virtual. Estoy seguro de su cuelgue en el poste terrenal, de su longitud humana, pero la falta de respuestas no me aseguran su prosecución hasta el limpio Cielo.

      Como no encuentro otro camino para charlar contigo, vuelvo a cargarme de credulidad en que mis palabras llegan hasta ti.

      A veces pienso en varios subtítulos para mi blog de "volveraverteya". Hace días me dolía deshermanarme  de mis amigos catalanes. No me sentía preparado e ilustrado para reprochar un manifestarme sobre tan triste tema. 

      De pronto, huyendo de un fuego que quema, me encontré alineando mi colada, en las cuerdas de tu tendedero. El amor a tus cosas me alteró el ritmo cordial y pensé - Por qué no hago mi blog, sobre tu tendedero?.

      Por nuestro hilo virtual creí percibir tu cariñosa respuesta, estaba seguro que me hablabas - Nin, estás tonto...como vas a dedicar un blog a mi tendedero. Sólo son ocho poleas y dos cuerdas, expuestas al sol abrasador o al hielo invernal. Sólo a ti, cariño, se te ocurre dedicar un blog a un tendedero.

      Sabes Mama, que soy muy cabezota y  que todo lo que tus manos han tocado, tienen para mí, un valor inmenso. Tu colada, siempre blanca como la nieve, pendía cuidadosamente tendida en tus cuerdas. No molestabas a nadie, pendiente estabas, de restar luz a los vecinos.

      Un tendedero, es un test de vecindad, que te da a conocer interesantes facetas de su usuario.

      Hay un tendedero donde siempre cuelga la ropa muy mojada, nada centrifugada y su telón textil, siempre descuelga gotas portadoras de lejía, que rompen el inmaculado verde de una toalla bajo él tendida.

      Otros tendederos, fueron nexo de unión entre dos vecinas que compartían la total longitud del vano. Hoy, cada cual ha montado su reducido tendedero, para no compartir cuerdas y poleas.

      Muy arriba, en sentido lateral, tenemos el tendedero más comunicativo; los ejes de sus poleas chirrían solicitando lubricante; un aceite que desde años se le niega. El chirriado molesta, pero se agradece el mensaje - Los Cajella, han regresado de sus vacaciones.

      Mama, desde tu tendedero, levanto la vista. Frente a nuestro patio interior, se abre el de la Comunidad vecina. Veo ahora una ventana con la persiana bajada, desde hace un año. Un balconcillo con un ventanal cerrado, también desde hace un año. A través de la parte baja de los cristales, adivinas garrafas y cubos y otros útiles perfectamente alineados, como si alguien los hubiese colocado para volverlos a utilizar. Mis malos pensamientos me llevan a que, pasado un tiempo,el frontis de mi tendedero, se verá igual.

     Viviendo tú Mamá, alguna vez, con el rabillo del ojo, contemplaba a una hacendosa viejecita, tendiendo con mano trémula, su colada en las cuerdas compartidas con su vecina. Tenía un rostro envejecido y amable, con ganas me quedaba de saludarla, pero no me atrevía.

      Hoy, cuando contemplo el retorcido de sus cuerdas, la cerrada persiana y sus útiles perfectamente alineados, se me humedecen los ojos por aquella hacendosa viejecita. Se me marchó sin decirla algo amable. Puestos a adivinarla un destino, el menos ingrato es desearla una feliz estancia en una Residencia Geriátrica. Destino, para mi, cada vez más próximo. 

      Mira, Mama, lo que da de si, el correr las cuerdas de tu tendedero. Siempre lamentaré no haber saludado a aquella hacendosa anciana.

Siempre que tienda mi colada en tus cuerdas, echaré de menos la longitud de tus brazos. Cuando yo tiendo, me tengo que empinar para doblar mis camisas sobre tus cuerdas. Eramos una pareja por siempre unida, pero...lo confieso tú, más alta que yo. Me gustabas por buena moza.

BUENAS NOCHES, MAMÁ.

https://www.youtube.com/watch?v=HuUzh41C4vI

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