viernes, 19 de enero de 2018

ESPERANZA Y SOLEDAD.


        María Elena González, tras una intervención oncológica en un hospital de La Habana, esperaba ilusionada su alta médica y el volante que la permitiese volver a contemplar su querida casa, volver a vivir con los suyos, renacer a su vida de madre, amiga y vecina.

      Mientras esperaba su prometida alta, una paloma volandera, cansada de surcar los cielos de la bahía, sobrevolar los castillos de El Morro, San Salvador y San Carlos, lanzose desde la terminal de Ferris, que une Habana con Casablanca, para aposentarse en el alfeizar del hospital, en la ventana de María Elena, muy por encima de la ondeante enseña cubana y de la siempre ondulante y viva bahía.

      Alguien, presurosa, obtuvo una instantánea de la alada viajera, alguien captó una imagen portadora de la esperanza, prometedora de el nacer de nuevo a la vida, del volver, a las siempre paseadas calles de la Habana Centro.

     En esa amigable paloma pusimos todos el inmenso valor de una virtud, el valor de la Esperanza. Fue como un profundo respiro de aire marino  que ensanchó pechos y con su aspirar el sueño de vivir con María Elena aún mucho mas; de seguir apretando sus manos mientras sus voz llenaba nuestra mente de consejos y un nuevo porvenir.

      La paloma voló, remontó el Capitolio, la Estación del Ferrocarril, atravesó la calle de La Esperanza y torció para perderse en el azul que bañaba en el Malecón.

     María Elena volvió a su casa, no por mucho tiempo; retomó su cama en el Hospital. Miraría miles de veces a su ventana  alta sobre la ondeante enseña cubana. Pero...su paloma no apareció. El símbolo esperanzado con que la vestimos, se trocó el sayo de dolor, dolor mojado en lágrimas cuando supimos su Adiós.

    La ausencia de la paloma, de la Esperanza, se permutó en profundo dolor, que no desaparece que cada día renace para avivar el amor con que su amistad nos prendó.

   Su amiga guarda cartas, mensajes y tuve el honor de que me prestase esa foto, esa imagen de la paloma que a todos, de Esperanza nos llenó.

    María Elena, desde donde estés - como siempre - cuídanos. Sólo te pido un abrazo, un fuerte abrazo a mi Señora, hoy tu amiga, que en el irse, te precedió.

BUENAS NOCHES  A LAS DOS.


https://www.youtube.com/watch?v=dQcD_ejJ0Fc&list=RDm6epyqUpCvQ











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