viernes, 2 de febrero de 2018

LA CANDELARIA DE ACÁ Y DE ALLÁ.


      Mucho antes de la conquista de Tenerife, allá por 1.392 o unas decenas más de años, no seamos cronológicamente tan rigurosos, dos briosos pastores guanches, careaban sus rebaños por el barranco de la playa de Güimar hacia una cueva de refugio donde pasar la noche. 

      Voces, gritos, silbidos, pero el rebaño no avanzaba, más bien retrocedía; estaba: parado, fascinado, ante la presencia de una figura femenina que portaba en su mano derecha, una candela y en su izquierda, un bebé juguetón con un pajarito.
       
       Sorprendidos y respetuosos con la costumbre guanche, de no acercarse a mujer solitaria -no eran como el actual facineroso apodado "El Chicle"-. Hicieron señas, con el brazo, a la inoportuna fémina, para que se apartase y alejase. Mal hecho, el gesto les inmovilizó el brazo, por querer separar de su camino a la Aparecida

      Como pudieron, arrearon por otro camino su ganado y lo pusieron, a buen recaudo, en una cueva diferente a la que normalmente utilizaban.

      Asustados, mancos y medio impedidos, acudieron renqueando, al su Mencey (rey) Acayamo, quien escuchó sorprendido el relato. Bien armados y acompañados, acudieron a encontrarse  con la misteriosa dama. Del rostro de la Aparecida, se radiaba afecto y confianza, con temor, la tocaron; los tullidos, recobraron el movimiento y quedaron sorprendidos de la belleza de la imagen y de su oscuro rostro.( La Morenita )


     Como buenos descendientes de bereberes, se reunieron a deliberar en tormo a su Mencey. Decidieron librar a la imagen de las bravías olas  que rompían aguas, bajo los pies de la figura. Decidieron guardar tan preciosa estatua a buen recaudo en la mismísima cueva de su Mencey Acaymo. 

     Adoradores del astro rey la consideraron y veneraron como su 
autentica reina, ignorando que fuese la Madre del Redentor.

    Siempre hay alguien que mancha el honor del guerrero castellano, y poseedor de un barco, se dedicaba a atacar y aprisionar aborígenes guanches.

     En una de estas razias de la soldadesca, fue hecho prisionero Antón Guanche, tuvo suerte, pues se le bautizó, se liberó de ser vendido como esclavo y se le enseñó nuestra lengua y educado cristianamente.

    Pasado un tiempo, Antón formó parte de la tripulación de otra incursión. Esta vez, puso pie en las arenas de su playa, la de Güimar, y escapó hacia los suyos para no volver con sus raptores.

     Enseñó a su Mencey que aquella imagen, era la Madre de Dios y les formó poco a poco, en las creencias cristianas recibidas durante su cautiverio.

     Fue Fray Alonso de Espinosa quien describió en sus escritos la veneración, los milagros, los hechos, los prodigios y portentos de tan gran Señora, de la Candelaria.

     Fue y es tan grande la veneración de los Canarios a su Virgen, que levantaron una gran basílica, para ella y por sacarla de su  reducida cueva. Los marineros canarios hablaron prodigios de su Señora, llevaron su nombre e imagen  por toda España y por todos los dominios americanos.

     Hasta  Candelaria Pérez se llamaba la soldado chilena heroína en batalla contra Perú.



     Cientos de ciudades celebran este día la Candelaria en conmemoración de la Purificación de Nuestra Señora.

      Cientos de óleos e imágenes, iteran los templos americanos con curiosas imágenes de Candelaria.

      Cuba en Camagüey la tiene por Patrona, Ecuador, Bolivia, Chile, Colombia, Paraguay y Argentina la tienen por Protectora.

      Tan importante Ella, que el clima de su día "si sale el Sol, Invierno en flor, si nieva en la montaña, treinta días más de frío y helada.

BUENAS NOCHES, MAMÁ
y buenas noches, mi desaparecido Álvaro, Artillero en Las Lomas Coloradas.


                         
De acá y de allá

https://www.youtube.com/watch?v=fu8t5gE-n6c



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