lunes, 7 de noviembre de 2016

AQUEL AYER.

En la imagen una obra del escultor Antonio Cañete " La Sirena de Puerto Banús ".

Pese a la postura recogida, ocultante y reconcentrada de la imagen, su abstracción no impide la expresión de su atrayente belleza.

Su flexionada posición, su doblada actitud, parece querer ocultar sus preciados atributos a la vista del viandante.

Vano intento. Su timidez, acrece y aumenta el valor de los elementos ocultos que la imaginación del paseante malagueño, adivina y reconoce, como propios de una tan retraída belleza.



No mas verte
de ti, mi sirena, me enamoré.
No mas contemplarte
ansié prendarte,
tomarte y robarte
por vivir juntos
nuestro aparte.

No mas verte
de ti, mi sirena, me enamoré.
Soñé abrazarte
para mi solo, tomarte
y juntos
en amoroso conjunto
caminar 
largo andar
de la mano unidos.

Deliciosamente perdidos
en eterna Odisea.
Tú mi fiel Penélope
en el tejer de cada día:
casa, hijos,
entrega total en vida.

Yo, luchando,
cual nuevo Ulises
con las olas de la vida
en una Troya
ganada y al final perdida.

Y digo perdida
por la lacerante herida
que, mamá, tu adios
me ha clavado.

Uno te contempló sirena
uno disfrutó
tu paz y vida serena.

Uno creyó en sueño inmortal;
uno se lo figuró eterno,
ignoró el poder del averno
asiéndose,
aferrando su mano,
a engañosa eternidad.


Mi sirena
tu belleza
se me antojó eterna

Viví cada paso
contigo dado,
sin hacer caso
de lo perecedero,
de que todo tiene fin
y que tras la dicha
tu marcha, mi vida,
es el confín, la despedida.

Vivir hoy sin tí
es mi castigo,
el pago de lo vivido,
la riqueza de lo perdido
y el caminar al sufrir.

¿Podré, solo, sobrevivir sin ti?.





BUENAS NOCHES, MAMÁ.

https://www.youtube.com/watch?v=HqmF-B2-3NA



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