martes, 12 de diciembre de 2017

ECOS MONACALES.


        Con un inesperado éxito se ha cerrado en Ávila la "Dulce Tentación". Más de quince mil personas han visitado el entoldado blanco, ubicado en la Plaza del Mercado Chico, en estos tres días.  Se han superado con creces, las ventas de dulces monjiles, propias de todos los conventos de Castilla y León, previstos para un año.

        Han existido días en que, antes de la hora de cierre, las existencias se habían agotado. Me alegro de que este evento, se celebre, en pocos días en Valladolid, mi ciudad. Somos golosos los Pucelanos.

     
   Especialmente me alegro de que las dulces monedas de la tentación, sirvan para arreglar -de una vez- esa gotera que a Sor Angélica le moja el reclinatorio, cada noche de lluvia. La culpa, del vetusto tejado, que hace siglos cierra canales por el impaciente musgo empeñad en hacerse mayor.

      Algo me ha lacerado la ilusión puesta en esta "Dulce Tentación". Esperaba ver numerosas monjitas, atendiendo con su inocente sonrisa, al ciudadano y al turista, libres de ese recio enrejado que suele separar a sores y laicos en los conventuales locutorios.

       ¡Dios mío!. Solo unas pocas monjas de la bella localidad de Carrión de los Condes estaban presentes. Siempre Palencia dando la talla. La escasa presencia de religiosas profesas, exigió la contratación de una treintena de azafatas. 

       Para mi, fue una desilusión la ausencia de las entregadas Maestras del Obrador almibarado. Tras un largo rato de lamentar su ausencia, mi decrépita mente, se iluminó con la triste justificación de su ausencia. 

      Exigente del Protocolo, echaba de menos sus hábitos: blancos o negros; sus delicadas manos de reposteras, sus desnudas sandalias franciscanas, su mirada grata con el prójimo y entregada al Señor.

      Exigente, injusto. Como iban a venir?. No podían; cargadas de años, nonagenarias, dobladas por los achaques y, lamentable mente, carentes de la compañía de jóvenes hermanas que cuidasen de ellas. Su presencia era imposible, su estado no podía someterse a un Protocolo presencial.

     La apreciación de su impotencia física, me inundó de pena, me arrancó de los años ilusionados en que nuestra juventud, se entregaba a Dios, renunciando a una vida terrenal. De pronto,en mi mente, aquel románico ábside de diamantina piedra roqueña, se pobló de secular musgo, por sus bellas columnas subían hasta los canecillos, oscuras y verdes guías de plantas trepadoras que, ocultaban la labor y las marcas de los canteros.

     Aquella bella obra del siglo XII , aquellos arbotantes del gótico anexo, apretaban altos muros de una casa de oración, Vieja gloria arquitectónica  - ya sólo acogedora - de ancianas: profesas y carente de juventud ilusionada con el amor a Dios y la entrega al Prójimo y plenas de juventud y amor a su divino Esposo. 

       Como cambian los tiempos. Los antiguos Hospitales de Peregrinos, se caen, Los Monasterios, labrantes de huertos y bosques, son poco a poco, devorados por la maleza en los bellos rincones de nuestros hermosos bosques.

      Una no decretada Desamortización, abandona tierras y bienes paternos y locales, para sembrar entre los jóvenes postulantes de un Mundo mejor y prometedor, la exigencia de un trabajo remunerado, codiciado, luchado, debatido y que tras la jubilación, te convence de de tu mejor tiempo, perdido por ti para otro.

       Me asusta el declive de la inacción. Me aterra que las piedras sagradas, vivan en orfandad, cuando tenemos un  Mundo pleno de injusticias, de incultura de oprobio del poderoso hacia el desvalido.

      Miles de jóvenes entregan su juventud, su formación a una ONG; lo hacen ilusionados, lo viven sacrificados. Creo que Roma, veladora del sepulcro de Pedro, debe mirar lejos, debe integrarse en sus misioneros, debe trocarse en una enorme y entregada ONG, donde la ilusión y el sacrificio juvenil tenga un reconocido fin. Darlo por lo recibido de Dios, por lo aportado por quienes les hicieron como son.

     Me duele esa entrega total de nuestras  religiosas nonagenarias, me duele el abandono con que el Mundo pasa de ellas de los monjes y los sacerdotes.

     Son, ese monasterio perdido en el boscaje de robles y avellanos. Faltan Sacerdotes, nos quedamos sin Religiosas. que Dios nos ayude a obrar y merecer un nuevo esplendor de amor y sometimiento hacia el Sumo Hacedor. Que Él, nos los aumente aunque sea sin rigideces, pero con voluntad entregada que sean una nueva ONG, amplia numerosa y unida.

    Mamá, creo que en tu estrella estás ante el Señor, por el amor que a todos diste y a manos llenas, dile que nos guíe a la sempiterna idea del Amaos unos a otros.  Tal como tú y yo seguimos amándonos.

BUENAS NOCHES, MAMÁ,

https://www.youtube.com/watch?v=NaxiJtJMiNU








      

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