martes, 5 de junio de 2018

INESPERADO.."Me voy".

  



        Tras un afanoso día plagado de ofertas periodísticas, tras iluminar las pantallas de la televisión. Escuchar  una emisora, cambiar el dial a otra, mover la agujita sobre las líneas graduadas del transistor, en búsqueda de hechos finales, en conocer finalmente, si se va Fulano, o gana Perengano.

      Todo medio de comunicación: nadaba, flotaba, se mojaba; unas veces subía a flote, otras braceaba siempre, en la novedad política de una piscina con solo dos calles: La calle olímpica del "Me voy" o la calle del nuevo campeón.

       En este frenesí, ya casi revoltijo de jóvenes noticias entrantes, encanecidas al minuto, por las nacientes, que brotaban vigorosas, mi ego político: se alegraba, se entristecía y anhelaba una novedosa solución: límpida, atrayente y que liderara un resplandeciente mañana.

     Pero no llegaba la solución, parecía aplastada por las viejas opiniones de unos y nuevas manifestaciones de otros ante el micrófono: superpuestas, amontonadas unas a otras, variadas, de mil colores, menos el verde esperanza.

     A punto de desesperar, oigo por muchas veces el sonido inconfundible de mi móvil Android. Corro presuroso hacia él, pues siempre le tengo en la esquina de la tangente más larga de casa. Creo adivinar que me va a comunicar el fin de Rajoy, le abro y leo este largo mensaje, este chat por WhatsApp.

     -Sé que este es un grupo donde hay muchas maneras de pensar y espero no herir la sensibilidad de nadie.

     Hoy deja su cargo un hombre que ha puesto a este país a la cabeza de Europa, ha mantenido a los catalanes a raya y ha hecho que todos los que pensamos como él hayamos disfrutado. 
   Adiós Zidane.-


   El golpe, por inesperado, fue tremendo. Yo penando en Política y el mensaje, alentándome algo tan importante en España, como la huída de un mágico entrenador de un -no menos mágico- vestuario de fútbol.

   Créanmé: desconecte las televisiones, apagué el espectro rayado de mis diales, cerré mi ordenador y abrí el mueble bar, para tomar con toda urgencia un SANSON Barceló  pues estaba heladito de frío.

    La broma comunicativa fue descomunal, hoy tras escuchar el telediario, se confirmó el cese político de Rajoy, y ya, como subordinado al Partido, no como primer actor y protagonista

     Loado sea Job. Qué Santa Bárbara nos ayude. Que Santiago cierre este galimatías y nadie salga malparado. Deseémosnos suerte, la vamos a precisar. A serenarse chicos. Una copa?

      Qué días Mamá.
Para tranquilizarnos cantemos a los bellos ojos de España, solo por serenarnos.

https://www.youtube.com/watch?v=TjOvH8pE1ek

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