Fue de Febrero el último ocaso;
de mi nido partiste golondrina.
Volando yo mis carrizales,
elevaste tu vuelo lejos,
muy largo, de los mortales.
muy largo, de los mortales.
Te fuiste
cuando las golondrinas llegan,
te fuiste, adelantando la Primavera,
te fuiste donde mi abrazo
aunque lo alargo, no te llega.
No percibí tu salida;
no pudiste darme un beso,
para una última despedida.
Sin tu adiós, sin tu abrazo,
sin siquiera unir nuestros labios,
tu vida me robaron
sin arroparte mi brazo.
Deseando estoy
se adelante la primavera,
anda, ¡que no me queda!
para que tú bandada,
bordee en mi balcón
su chirriante pasada.
Suban y bajen, mi fachada,
brindándome la ilusión,
que tú, mi viajera,
me reclamas con tu gorjeo
te siga con devoción.
Gustoso, sin miedo,
me uniría a la bandada,
pegando las mías a tus alas,
para ofrecerte,
para brindarte,
el nido que te guardo en mi alma.
Estoy cansado de volar solo
y cuando alguien me acompaña,
surge la comparación.
Como tu mi triangulada alada,
no hay dos.
Contigo volaba confiado,
eras amiga de todo ser alado.
Hoy, volando solo,
de unos siento el abandono,
de otros me veo apartado;
tras tu marcharte,
nuestra unida bandada
me ha dejado solo.
Unos pocos corazones alados,
desde lejos,
los siento a mi lado.
La mayoría,
por suponerme una carga,
vuelan más bajo.
creyéndome un mayor trabajo.
Tu y yo, Mama
siempre volamos muy alto.
Nuestro nido era de todos,
nuestro alero - amplio y fijo -
era, por siempre, cobijo
para posar el vuelo
de nuestros amigos,
descansados y cuidados.
Estoy cansado de volar solo,
por encima, como tu solías,
de todos.
Pendiente de sus polluelos,
considerando, cual hijos,
a los pequeños ajenos.
Pido a Dios,
adelante mi Primavera,
para que con ella,
tu vuelvas.
Juntos abandonemos
el nido que: tanto amor.
cariño y unión ha contenido.
Y volemos, alto, muy alto,
donde tu y yo, por fin,
tras unos años,
juntos, podamos abrazarnos.
se adelante la primavera,
anda, ¡que no me queda!
para que tú bandada,
bordee en mi balcón
su chirriante pasada.
Suban y bajen, mi fachada,
brindándome la ilusión,
que tú, mi viajera,
me reclamas con tu gorjeo
te siga con devoción.
Gustoso, sin miedo,
me uniría a la bandada,
pegando las mías a tus alas,
para ofrecerte,
para brindarte,
el nido que te guardo en mi alma.
Estoy cansado de volar solo
y cuando alguien me acompaña,
surge la comparación.
Como tu mi triangulada alada,
no hay dos.
Contigo volaba confiado,
eras amiga de todo ser alado.
Hoy, volando solo,
de unos siento el abandono,
de otros me veo apartado;
tras tu marcharte,
nuestra unida bandada
me ha dejado solo.
Unos pocos corazones alados,
desde lejos,
los siento a mi lado.
La mayoría,
por suponerme una carga,
vuelan más bajo.
creyéndome un mayor trabajo.
Tu y yo, Mama
siempre volamos muy alto.
Nuestro nido era de todos,
nuestro alero - amplio y fijo -
era, por siempre, cobijo
para posar el vuelo
de nuestros amigos,
descansados y cuidados.
Estoy cansado de volar solo,
por encima, como tu solías,
de todos.
Pendiente de sus polluelos,
considerando, cual hijos,
a los pequeños ajenos.
Pido a Dios,
adelante mi Primavera,
para que con ella,
tu vuelvas.
Juntos abandonemos
el nido que: tanto amor.
cariño y unión ha contenido.
Y volemos, alto, muy alto,
donde tu y yo, por fin,
tras unos años,
juntos, podamos abrazarnos.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
https://www.youtube.com/watch?v=o1B9VWszWzE