Lo que va de ayer a hoy,
me refiero al feliz
pasado,
remoto; por desgracia
perdido,
cuando hoy,vacío,
me acurruco en tu nido.
me acurruco en tu nido.
Contigo me creía feliz
para siempre;
necia mi mente,
creyendo eternidad
el corto presente de
felicidad,
que por intenso,
parecía infinidad.
que por intenso,
parecía infinidad.
Forzosa, abandonaste tu nido;
tu muerte, rompió dos
destinos
que un día se encontraron,
para amarse
y gozosos se abrazaron,
y gozosos se abrazaron,
por siempre jamás.
Debo agradecerte
lo que me diste en aquel presente;
yo creía que para siempre,
regalado eternamente
de tu a mi
de mi a ti
En vez de llorar lo perdido,
debo agradecerte lo vivido,
lo intensamente recibido,
sin pedirme nada a cambio.
Pese a la pasada felicidad,
en vez de feliz recordar,
se humedecen mis ojos
pensando en lo perdido,
llorando lo vivido,
contigo compartido
en una barca para amar.
Morir es naufragar;
bogar y bogar solo
sin remos,
a la deriva,
puestos los ojos en otra orilla
cada noche, cada despertar.
¡Mamá!
Te fuiste lamentando
dejarme solo y remando.
Nuestra barca era para dos.
Tú bien lo sabías
por eso al despedirte, Capitana,
desde lo mas hondo me decías.
Si no vuelvo,
dejarte solo, lo lamentaría.
Mañana.
Lo decías desde el alma:
temiendo, sufriendo,
la tristeza
de mover tus alas con presteza,
cerrar tus bellos ojos lentamente
mientras yo, perdido,
sólo podía besar tu fría frente.
Y aquí estoy mi vida
en nuestra casa,
nido vacío,
que, tras tu marcha,
es Memorial de amores y cariños perdidos.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
En vez de llorar lo perdido,
debo agradecerte lo vivido,
lo intensamente recibido,
sin pedirme nada a cambio.
Pese a la pasada felicidad,
en vez de feliz recordar,
se humedecen mis ojos
pensando en lo perdido,
llorando lo vivido,
contigo compartido
en una barca para amar.
Morir es naufragar;
bogar y bogar solo
sin remos,
a la deriva,
puestos los ojos en otra orilla
cada noche, cada despertar.
¡Mamá!
Te fuiste lamentando
dejarme solo y remando.
Nuestra barca era para dos.
Tú bien lo sabías
por eso al despedirte, Capitana,
desde lo mas hondo me decías.
Si no vuelvo,
dejarte solo, lo lamentaría.
Mañana.
Lo decías desde el alma:
temiendo, sufriendo,
la tristeza
de mover tus alas con presteza,
cerrar tus bellos ojos lentamente
mientras yo, perdido,
sólo podía besar tu fría frente.
Y aquí estoy mi vida
en nuestra casa,
nido vacío,
que, tras tu marcha,
es Memorial de amores y cariños perdidos.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
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