domingo, 15 de mayo de 2016

IMPACIENTE, SI TARDAMOS EN LLEGAR.

Amada y escondida esposa.

Me vas a perdonar vuelva a insistir con la opereta "katiuska", con las romanzas del barítono, comisario soviético, Pedro. Con los sentimientos y deseos de un hogar del protagonista, ansioso de calor de hogar y de la mujercita que amante le espera, impaciente si tardamos en llegar.

Como él, en mi juvenil labor docente he surcado cientos de caminos meseteños. Floridos de verdor, de margaritas, de cientos de coloridas florecillas en primavera. Blancos, nevados y deslizantes, en el crudo invierno castellano.

Tras mi querida labor enseñante, el camastro de mi Pensión, cada noche. Frío, sin el calor del hogar. Deseando la llegada del sábado para volver a la casa paterna. Deseando la llegada del día que me proporcionase un hogar propio y una soñada mujercita que me esperase , impaciente, si tardaba en llegar.

Mi primera localidad, por decoro no la nombro, tenía la casa destinada
al Maestro, convertida en pajar. Era y es, localidad de renombrados vinos; la autoridad competente, muy alejada de sus buenas uvas para la Enseñanza, no tenía buenas cepas. Por ello, Pensión, frío camastro y noches solitarias.

Al regresar de mi Servicio Militar, me destinaron a la localidad de Pollos, muy cerquita de tu hábitat. Por fin estaba cerca de ti. Por fin nos casamos y finalmente, logré el sueño de un hogar y de una mujercita que amante me esperase.

La labor docente, entonces mal retribuída, me obligó a saltar hacia la empresa privada, con  el fin de afrontar las necesidades de un nuevo hogar. Exitoso cambio en lo dinerario, entrega total hacia la nueva empresa y tristeza oculta, por verme obligado a renunciar a mi vocación pedagógica.

Los años compartidos, Mamá, contigo han sido maravillosos: amor, entrega mutua, naturalidad lejana de la desenfrenada pasión. Ambos, formamos un "tándem" en el que pedaleamos felices caminos, juntos, a la par, y al que se unieron el fruto de nuestros amores.

Tras apearte forzosamente de nuestro "tándem", maldito cáncer, pedaleo solo; la robustez de nuestra bicicleta, me obliga a mayor esfuerzo. Mi caminar solitario, casi ha trocado mi hogar en una oscura y fría Pensión. Me falta el calor de nuestro nido.

 No te tengo, mujercita amante que se impacientaba si tardaba en llegar. Por ello, Pedro, el de "katiuska", es - en sus deseos - una fotocopia de los míos.

Hoy, acudí a la Primera Comunión de una preciosa sobrinilla. Hoy, descolgué, sin obtener tu consejo, como debía vestirme, qué traje debía elegir, qué corbata anudar...un mar de dudas. Una vez más te necesitaba perentoriamente.


A hurtadillas, escondida, me has ayudado. Mis exigentes sobrinas me han confesado que vestía: apropiado y perfecto. Gracias, Mamá. Te creo muy lejos, pero te siento cerca. Casi, casi en el sillín trasero de nuestro "tándem". Seguimos complementándonos amor.


BUENAS NOCHES, MAMÁ.

https://www.youtube.com/watch?v=wWFxdZCwDQg

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