miércoles, 11 de mayo de 2016

VOY RÍO ARRIBA, TÚ VAS AL MAR.

Amada esposa.

Con el tiempo, uno aprende que existen diferencias entre amar y querer, por ello, hoy no te reclamo con el "Querida esposa". 

"Querer" conlleva en su significado el deseo de posesión, de pertenencia, de medio hacia un fin beneficioso para quien quiere.

"Amar" implica un desinteresado apego hacia otra persona. Quien ama se entrega totalmente a beneficio de la amada.

Quien quiere, sufre por no haber logrado el fin. Quien ama, sólo sufre cuando la amada se va. Sufre por la separación, pero sigue amando sin su posesión, sin su presencia física. 

Hace días repasé la opereta "Katiuska" de Sorozábal, hoy casi entono con el protagonista ruso Pedro la romanza de "somos dos barcos que por el Volga al cruzar..."

Ayer contemplé el óleo del pintor Ilya Yefineovich que me impactó por su realismo, por  el plasmado real, al lienzo, del esfuerzo de los sirgadores, arrastrando penosamente - aguas arriba -  el curso del Volga.

Encontré en la imagen, la emoción y el sentimiento que actualmente me embarga. Mamá, tu barca, aguas abajo, hacia tu destino la Mar. La mía, contra corriente, arrastrada por este solitario, agachado mi cuerpo, de brazos pendulantes, de paso tras paso cansino, pisando la sirga. Apegado a su correa sobre el pecho y casi impotente de aproar mi barca cargada de hermosos recuerdos.

Nuestras barcas, un día se encontraron sobre un Volga remansado, entre verdes y floridas orillas. Pusimos nuestras barcas al pairo y así permanecimos, velas recogidas, durante cuarenta y nueve felices años.

Un mal día, tus velas cayeron, soplaba un arrebatador viento, nuestras bordas se separaron, tú hacia la Mar. Mi barca, cargada con el tesoro de tu convivencia vio alejarse a mi amada timonel, a quien gobernaba mi nave. 

Con tu dolorosa partida, el arrebatador viento cesó. La calma me invalidó para navegar a vela. Por ello, cincho al pecho, avanzo por la sirga, arrastrando el sagrado cargamento de un feliz pasado, de un gran amor compartido.

Mamá, no te he querido. Mamá te he amado. Este Mundo, este Volga, ya no tiene orillas verdes y floridas para mí. Si las tiene, no las veo. Este sirgador camina sobre hirientes rocas. Paso a paso, cansado, rendido pero amante.


Yo, río arriba, hasta que mis fuerzas cesen. A la espera de que, un viento arrebatador vire mi proa hacia tu Mar y allí, al pairo, volvernos a encontrar, borda con borda, besar tus manos, tus ojos y tu boca. ¿DIME SI SOÑÉ.?

BUENAS NOCHES, MAMÁ.

  

https://www.youtube.com/watch?v=JqKVkQsIaZc

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