miércoles, 29 de marzo de 2017

LA FEMINIDAD DIVINA.



               La imagen que hoy abre mi blog es un recorte del óleo sobre tabla, titulado "La Virgen con el Niño " obra realizada en 1568 del extremeño alcantarino Luis de Morales.

           En el período cuaternario, cuando los hielos cubrían Eurasia, para el homo sapiens la divinidad era femenina, la Madre Tierra. Ella, aportaba la carne de los animales que cazaban. Era la superficie helada de la Madre Tierra,  quien conservaba los alimentos en ella enterrados. Era la Mujer, la Madre, quien procreaba y amamantaba a los descendientes de la especie. Miles de años, lo divino, lo superior tuvo nombre femenino.

Volvamos al pincel de Morales y su óleo. La realización de la obra fue delicadamente ejecutada por Luis. El artista renuncia al relato de una escena belenista, sin pastores ni Magos, para centrarse en representar a María como un icono devocional. La luz blanca de su tez, su mirada hacia el hijo, absorta en su función maternal. Las suaves pinceladas, una sobre otra, pacientes, seguidas, hasta lograr el esfumado, dotando a la obra de una atmósfera maternal.

Hubo una época pictórica en que la imagen de la Virgen lactante proliferó. Poco a poco va cediendo la feminidad en la devoción religiosa. 

Cada día se va imponiendo una rendida veneración hacia un Dios Todopoderoso, una rendida inclinación hacia un Creador menos armonioso, menos hermano y más Padre: eso sí, castigador de insumisos y premiador de cumplidores. Como si interesase crear un abismo, entre el ser infinito Dios y el Hombre, rompiendo así el equilibrio soñado de: Dios / Mundo / Ser Humano. 

Todas las creencias: Judaísmo, Cristianismo e Islam, nos presentan  al Ser Supremo, como poderoso juez que dictamina sobre los hechos humanos. A la par, contraponen a esas cualidades intrínsecas, un grado suavizante, dedicado a la misericordia y hasta crean una figura pareja, mediadora y dotada de feminidad.


En el evangelio apócrifo de Juan, evangelio egipcio, del siglo II, de creencia gnóstica, no considerado por la Iglesia como de inspiración divina, la Trinidad está constituida por: Padre/Madre/Hijo

Pero ellos (los Discípulos) le contestaron: ¿A dónde iremos, pues contigo están las palabras de Vida Eterna? Dinos cuáles son los pecados que debemos evitar para que nunca más conozcamos la enfermedad y podamos entrar al reino de los cielos. Jesús les contestó: «Hágase de acuerdo a vuestra fe», y se sentó entre ellos y dijo: «Se ha dicho desde tiempo inmemorial: Honra a tu Padre Celestial y a tu Madre Terrenal, y obedece sus mandamientos, 

No cabe duda que seguía viva, en el subconsciente, una Isis egipcia madre de fecundidad, divinidad agrícola, cepa vinícola que retoña, tal como lo entona el Himno bizantino Akátistos.

En la cultura hebrea, surge muy pronto, siglo II, la Cábala y su inicial intérprete Sefer ha - Bah ir.

Yahvé, revela a sus profetas las normas de conducta para con el Ser Supremo. No obstante, en el poderío de su masculinidad, surge la feminidad de Jokmáh, la Sabiduría y Sekináh, esposa y luego madre del ser humano, creadora y mediadora, descrita por nuestro abulense Mosé ben Semto, "Mosé de León", en el siglo XIII y en su biblia hebraica, El Zohar. (El Libro del Esplendor).

La mística sufí basa su doctrina sobre parejas de opuestos: 
realidad-divinidad.
colérico-manso.
riguroso-amable.
mortificador-misericordioso.

La esencia de Al-hah, es femenina y es la última palabra sobre las criaturas

Brevemente, hemos constatado que al Todopoderoso Creador, sus fieles han venido adjetivándosele, epítetos de: grandeza, poderío, cólera, rigurosidad, tal como se merece un ser, superior a todos y del que, por  Creador, debemos veneración.

Sin embargo, toda doctrina emanada de las mentes sacerdotales - sin manifestarlo - se quejan, mudamente, de tanta preeminencia masculina y dotan, a ese ser supremo, de cualidades femeninas: fecundación, creación, mediación, misericordia. Era preciso, y digno de agradecer por quienes fuimos creados, contar con un Dios poderoso y clemente, masculino y arropado de feminidad.

Mi Dios, para mi, es el mejor. ¿Por qué?. Cuenta con una Madre adorable, vestida de virtud, exenta de todo pecado humano y que me brinda el solicitarla cual Madre y como Mujer.
PEDRO BERRUGUETE.

Mi querida esposa. Como Mujer, todo vuestro hermoso cuerpo, guarda en lo más profundo: la Fecundidad, el Amor, el Perdón y la sabia Mediación ante la Divinidad.

BUENAS NOCHES, MAMÁ.

https://www.youtube.com/watch?v=vXFhqG8G5uI


No hay comentarios:

Publicar un comentario