Mi querida Niña. Tanto rondo mi pasado contigo y en este presente que echo de menos miles de situaciones, de encuentros, de idas y venidas. Lo que mas echo de menos nuestros ronroneos.
Cuando el gato casero es feliz, cuando se siente satisfecho, emite un sonido, ronco, levemente vibrante que quiere esparcir, andando sobre sus patitas por el piso de la estancia.
El callado felino, en su ronroneo se muestra social y comunicativo, estira sus patas traseras encabalgandolas contra la baldosa del habitáculo y, apoyandose en las delanteras, frota y refrota cálidamente las piernas de sus amos.
El minino se siente feliz, desea demostrar su cariño y afecto con su ronroneo y los roces apretados de su pelaje contra el bajo de nuestros pantalones. Agradecidos al micifú y molestos con él por la cantidad de pelos adheridos en la vuelta de nuestros "vaqueros"
Aburrida te tengo mi niña, recordando y echando de menos nuestros humanos ronroneos, nuestras mútuas muestras de felicidad que nos obligaban, a mi -al menos- a apoyar mis pies en el parket de casa, asentar mis brazos sobre tus hombros y frotarte cariñosamente la mejilla con mi nariz.
Para un reciente viudo no hay consuelo cuando recuerda: lejanos, ausentes y perdidos,esos ronroneos amorosos, -leves, livianos, inocentes- que tristemente se fueron para siempre.
Con la moral por los suelos, el solitario, con sus mensajes de correo, se refugia en sus amistades, ante la pantalla de su P.C. -línea a línea- va separando las laminillas de los granos, dejando caer el doloroso fruto de su granada soledad.
Tengo la suerte de contar con la bondad de una mujer amiga que me permite relatarle mis pesares. Me apoya, me aconseja y me da ánimos para seguir caminando mi solitario sendero.
Hace unos días me hizo reir por primera vez tras dos años de ausencias y tristezas. En mi mensaje la relataba lo esencial de esos sencillos y tiernos gestos entre esposo y amada que tan hondo calaban y fortalecían la unión matrimonial. Me quejaba de haberlos perdido de mi imposible necesidad de vivirlos.
A mi amiga e interlocutora, la tengo harta y cansada de lo llorón que soy. Esta vez, no me contestó a mi doliente mensaje, a mi queja por haber perdido los ronroneos con mi amada esposa y gata.
Sutilmente, mi consejera espero al siguiente amanecer para darme su magistral consejo.
Abrí el Correo Movistar en mi P.C.. En entradas vi DE Fulanita / PARA. MENGANITO..../ASUNTO Sin Solución.
Abro el mensaje y sólamente una palabra onomatopeyica animal.
MIAUUUUUUUUU....
Para mi, mi consejera de gmail, me asestó un golpe definitivo. Comencé a reir y reir, todavía sonrio al describirlo.
MI decisión, tras el consejo gatuno, seguir caminando mi vida. La senda vencida, fue feliz... pero es pasado. A caminar de nuevo.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
https://www.youtube.com/watch?v=qRG6h6H0_ho
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