En ese entrañable cementerio, antiguamente, un cartel con fondo blanco y letras negras, no recuerdo literalmente el texto, venía a decir "Lugar donde reposan los niños, prematuramente muertos, sin el bautismo"
Afortunadamente, el letrero ha desaparecido.
Hace siglos, debiera haber desaparecido esa lucha teológica de San Agustín, corregida por Santo Domingo, negada por Pelagio y mil veces debatida, que negaba la visión de un Justiciero Dios a estos pequeñines.
Mentes razonadoras, cargadas de silogismos y deducciones que, en sus preclaras deducciones, tan serias, tan hondas, presentaban al herido Sumo Hacedor, dolido por el original pecado de Eva y Adán, como un negador de su celestial visión, al inocente niño que la enfermedad se llevó sin el Bautismo.
Por suerte, reunidos profundos estudiosos por Benedicto XVI, se acordó que NO EXISTE EL LIMBO.
Por fin, nuestros santos inocentes, despiadadamente enterrados en un apartado rincón de tierra no sacra, resulta, que gozan de la visión del Todopoderoso, desde que sus pequeñitos ojos fueron cerrados por su dolida madre.
Necias divagaciones de los grandes Doctores.
Estaba escrito
En aquel tiempo presentaron a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Pero Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos, es el Reino de Dios.
Yo, desearía que ese rincón, hoy olvidado y hasta pisado camino de otros enterramientos, fuese señalado y dignificado en honor de esos inocentes pequeñitos y de quienes, con lágrimas paternales, allí les depositaron para dormir eternamente, de ellos separados. Tras haberse merecido dormir el sueño de los Justos con los suyos. Se lo debemos. Por ellos, al acabar el día os lo pedimos Señor.
BUENAS NOCHES, CHIQUITINES.
https://coroparroquialsanmiguel.wordpress.com/2014/08/17/buenas-noches-senor/
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