Inolvidable esposa. Desperté al amanecer el Día de Reyes. Sabes que dormito sobre mi almohada, remedio para mis cervicales. La almohada tuya, a mi lado, mi brazo sobre ella, como si te tuviese abrazada, tu almohada es mi compañera -cada noche- desde que te fuiste. Rodearla es un soñar de que algo tuyo está cabe mi.
Los Reyes fueron cumplidores conmigo. Sobre mi lustrosos zapatos un burrito de peluche. Lo preciso para mi "huida al Egipto". Huida diaria de un feliz pasado, contigo compartido; montar en mi burrito -cada mañana- para caminar, yo a pie, el burrito -aguantando la pesada carga de mis penas- las horas de cada sol naciente.
El día siete de enero tuve la enorme suerte de estar acompañado por mi nieto Darío. Siete regalos recibió de "Sus Majestades" pero sólo me trajo uno de ellos. Una caja que contenía 290 piezas para montar un camión contra incendios, dotado de grúa levadiza y cuatro bomberos. Lo suspicaz de la caja era una leyenda que pregonaba " para niños de 5+ años".
Huelga decir de que no ensillé mi burrito. Lo até al pesebre y... mano a mano, nieto y abuelo nos entregamos, frenéticos, al montaje. Cinco años del nieto y ochenta del abuelo exigen una leyenda que debe pregonar "para niños de 5+80 años". Hoy día 8, media jornada, tras la salida del "Cole" y descanso. Si Santa Basilia, día nueve, nos ayuda, montaremos la grúa y creo yo que, para el día 17, el mismísimo San Antonio Abad, pueda bendecir el vehículo, ya terminado y listo para combatir el fuego.
Darío partió a las 18 horas -de fin de semana- hacia la Villa de Mombeltrán, pero seguro... que volverá, le encanta montar piezas, consultar las instrucciones y rastrear el suelo -cual perro policía- en busca de la pieza que precisaremos y no aparezca.
Darío partió a las 18 horas -de fin de semana- hacia la Villa de Mombeltrán, pero seguro... que volverá, le encanta montar piezas, consultar las instrucciones y rastrear el suelo -cual perro policía- en busca de la pieza que precisaremos y no aparezca.
Tras la marcha de Darío, inicié mi Huida a Egipto. Una tarde horrorosa. Mi mente fija en tu imagen, Mamá. Me sentí profundamente solo. Hace años que tiré mis pinceles y mis tubos de pintura al óleo. Me alegro de haberlo hecho. Si hoy iniciase la "mancha" de un lienzo, sólo precisaría "sienas tostadas" , "cadmio"y "blanco luminoso" . Mi ánimo decaído supera las oscuridades de Caravaggio, se identifica con su seguidor más exagerado, con José de Ribera " El Españoleto". ¿Por qué?. Te lo explico mama.
A veces me cuesta creer de que te has ido a tu estrella. Alguna vez pienso si mi soledad actual es producto de un pesado y tenebroso sueño. Necio de mi, deseo sacudirme esta pesadilla y... despertar en la madrugada abrazado a tu cuerpo; pero no, despierto abrazado a tu almohada. Quien pudiera pincelar -en realidad- el óleo sobre lienzo que en 1639 remató José de Ribera con el "Sueño de Jacob". Desde el arbóreo tronco de Betel, tierra prometida por Yahvé a Jacob partía una escala para uso de los ángeles. Jacob, reposando su cabeza sobre una piedra, luego ungida, señaló en el Monte Moría el lugar en que más tarde se edificaría el Templo.
Desgraciadamente, mis soledades, son reales. Es inútil desearlas sueños. Tras cada despertar, tras cada amanecer, abres ojos a la cruda realidad: mi soledad. Esta es mi cruz. Más cerca, oh mama de ti, más cerca sí, aunque esta cruz, algún día me lleve a ti. Dios quiera que de la escala de mis sueños descienda -si tu no puedes- tu desempleado Ángel de la Guarda para que me cuente cosas de ti, de tu nueva vida y que ascienda la escala, de nuevo, para acercarte mis cariñosos mensajes.
Sigo con mis sienas tostadas para remarcar mis sombras. Hay momentos del día lleno de recuerdos hacia ti, mama. Cada joya, tus bolsos, tu cartera de mano: a reventar de fotos de los tuyos, de números de teléfonos. Tus perfumes, tus pañuelos de cuello, tu juego de llaves... son certeros dardos contra mi pecho que, con mi amor hacia ti, me llenan de llagas. Mi cruz, entonces, se abre en aspa y me trocó en otro San Sebastián de "El Españoleto". Eso sí, nada bello, tembloroso y entristecido. Cual naufrago de este Titanic a la deriva, sin su Capitana.
Si tiende al Sol la flor. Si el agua busca el Mar, así mi corazón no te cesa de buscar.
Quiero, mama, sentirte y sentirme cerca de ti. Ayúdame a nadar el trecho que me resta hasta tu orilla.
FUE UN DÍA TRISTE.
BUENAS NOCHES MAMÁ. Tu naufrago.
https://www.youtube.com/watch?v=pwhkV_jvfNA
A veces me cuesta creer de que te has ido a tu estrella. Alguna vez pienso si mi soledad actual es producto de un pesado y tenebroso sueño. Necio de mi, deseo sacudirme esta pesadilla y... despertar en la madrugada abrazado a tu cuerpo; pero no, despierto abrazado a tu almohada. Quien pudiera pincelar -en realidad- el óleo sobre lienzo que en 1639 remató José de Ribera con el "Sueño de Jacob". Desde el arbóreo tronco de Betel, tierra prometida por Yahvé a Jacob partía una escala para uso de los ángeles. Jacob, reposando su cabeza sobre una piedra, luego ungida, señaló en el Monte Moría el lugar en que más tarde se edificaría el Templo.
Desgraciadamente, mis soledades, son reales. Es inútil desearlas sueños. Tras cada despertar, tras cada amanecer, abres ojos a la cruda realidad: mi soledad. Esta es mi cruz. Más cerca, oh mama de ti, más cerca sí, aunque esta cruz, algún día me lleve a ti. Dios quiera que de la escala de mis sueños descienda -si tu no puedes- tu desempleado Ángel de la Guarda para que me cuente cosas de ti, de tu nueva vida y que ascienda la escala, de nuevo, para acercarte mis cariñosos mensajes.
Sigo con mis sienas tostadas para remarcar mis sombras. Hay momentos del día lleno de recuerdos hacia ti, mama. Cada joya, tus bolsos, tu cartera de mano: a reventar de fotos de los tuyos, de números de teléfonos. Tus perfumes, tus pañuelos de cuello, tu juego de llaves... son certeros dardos contra mi pecho que, con mi amor hacia ti, me llenan de llagas. Mi cruz, entonces, se abre en aspa y me trocó en otro San Sebastián de "El Españoleto". Eso sí, nada bello, tembloroso y entristecido. Cual naufrago de este Titanic a la deriva, sin su Capitana.
Si tiende al Sol la flor. Si el agua busca el Mar, así mi corazón no te cesa de buscar.
Quiero, mama, sentirte y sentirme cerca de ti. Ayúdame a nadar el trecho que me resta hasta tu orilla.
FUE UN DÍA TRISTE.
BUENAS NOCHES MAMÁ. Tu naufrago.
https://www.youtube.com/watch?v=pwhkV_jvfNA
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