Mi querida ladronzuela. Creía yo, con tu partida a la Estrella, había perdido todos tus tesoros. Me suponía, tras irte, un desventurado leñador: sin recursos, sin afectos, sin apoyo donde posar mis cuitas sobre hombro ajeno.
Vivo mi diario devenir, procurando levantar la losa que cierra nuestra cueva hogareña. Vivo el día a día, sin atreverme a pronunciar el Sésamo, !ábrete!... ¿para qué? si ya no te tengo a ti, mi único y dorado tesoro. Vivo ante una pétrea losa que guarda una cueva vacía. Sólo encierra recuerdos y vivencias de un pasado, atesorado por los dos.
Pasado un tiempo, me he visto gratamente sorprendido, tras mi lloroso grito de !ábrete!, de que, nuestra cueva no está vacía. Todavía guarda el tesoro de un recuerdo hacia ti, de un niño, nuestro querido Darío.
Mi diario devenir mas gozoso comienza a las 14 horas de cada día escolar. Nuestro Alí Babá, nuestro Darío, sale del Colegio Santa Ana. Toma mi mano y juntos recorremos la distancia hasta nuestra Cueva (nuestro hogar, mamá). Ahí, comienza mi Sésamo !ábrete!. Ahí me entero del tesoro de niño que me has dejado. Previsora tú, como siempre, has cuidado de llenar mi soledad con un angelito que me da alas de consuelo y compaña.
Igual que tú hacías con él, fotocopiamos tus reglamentos: cambio de ropa, limpieza de deportivas, puesta de zapatillas caseras y lavado de manos.
Fue en el lavado de manos donde nuestro Alí Babá me sorprendió.
-¿Sabes qué, Yayo?-
-Cuando yo me muera, ¿Subiré a la Estrella?... ¿veré a la Yaya Justa?-
Este viejo Yayo, tenía que responder y no sabía como mejor hacerlo. Así que, disimulando sus lacrimosos ojos, abrazó a su Alí Babá y le dijo.
- Mi niño, tu vivirás muchos años. Cuando mueras... subirás a la Estrella... verás no sólo a tu Yaya, también me verás a mi, juntos todos, jugaremos, y cantaremos esa canción, esa habanera que tanto te gusta y que cantaste con nosotros muchas veces.-
-Yayo, ¿qué es una habanera.?-
-Darío, ¿te acuerdas de "Salió de Jamaica...rumbo a Nueva York... un barco velero...?-
Mamá, no está vacía nuestra cueva hogareña. Hasta ahora no han aparecido los 40 ladrones. Sí que guarda muchos tesoros: nuestros hijos, las perlas de nuestros nietos, la esmeralda de mi hermana Marí -siempre pendiente de mi- los zafiros de tu hermana y sobrinas. Soy un solitario leñador, rico en afectos y cariño. Sólo me faltas tú, mi dorada arca, aunque sé que estás a mi lado, te siento cabe mi. Gracias por los tesoros que me has dejado.
Incansable ideador de nuevos proyectos, me atrevo a exponeros uno nuevo. Tenéis que colgar de vuestra Estrella un elevado semáforo. Pido luz verde para nuestro Darío y todos los peatones que, en mi vida actual caminan conmigo este largo, longuísimo paso de cebra.
Tras un tiempo, desde tu partida, si hecho de menos, pocos, muy pocos, viandantes comunes: compaña de toda nuestra vida que, con fútiles reparos, se han quedado parados al otro lado. Precisamente, a quienes tú hubieses apoyado de sol a sol con esa dedicación, tan propia de ti, para todos.
Para algunos, un solitario leñador, lo cambian por una obligación y no hay que crearse obligaciones. No importa. Estoy con quien debo caminar mi recorrido final, hasta que tu semáforo verde se me abra.
Sigo caminando mamá, tengo la suerte de gozar de ese pequeño Alí Babá que, dejaste atesorado para mí. Es tu regalo póstumo, es mi ayuda y consuelo, es -como dicen en Palencia- mi "chiguito" bastón. Que Dios y tú me lo conservéis a mi lado mientras viva. Es mi Alí Babá en nuestra oscura cueva, y si asoman los 40 ladrones que se lleven los malos recuerdos, o sea, que salgan con los cuévanos vacíos, porque entre tú y yo ,sólo hay recuerdos felizmente añorados.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
TE DEDICO LA HABANERA QUE CANTÁBAMOS CON DARÍO. Qué la sal de Torrevieja conserve nuestros recuerdos y tesoros.
https://www.youtube.com/watch?v=CCkltzhe0fQ
Vivo mi diario devenir, procurando levantar la losa que cierra nuestra cueva hogareña. Vivo el día a día, sin atreverme a pronunciar el Sésamo, !ábrete!... ¿para qué? si ya no te tengo a ti, mi único y dorado tesoro. Vivo ante una pétrea losa que guarda una cueva vacía. Sólo encierra recuerdos y vivencias de un pasado, atesorado por los dos.
Pasado un tiempo, me he visto gratamente sorprendido, tras mi lloroso grito de !ábrete!, de que, nuestra cueva no está vacía. Todavía guarda el tesoro de un recuerdo hacia ti, de un niño, nuestro querido Darío.
Mi diario devenir mas gozoso comienza a las 14 horas de cada día escolar. Nuestro Alí Babá, nuestro Darío, sale del Colegio Santa Ana. Toma mi mano y juntos recorremos la distancia hasta nuestra Cueva (nuestro hogar, mamá). Ahí, comienza mi Sésamo !ábrete!. Ahí me entero del tesoro de niño que me has dejado. Previsora tú, como siempre, has cuidado de llenar mi soledad con un angelito que me da alas de consuelo y compaña.
Igual que tú hacías con él, fotocopiamos tus reglamentos: cambio de ropa, limpieza de deportivas, puesta de zapatillas caseras y lavado de manos.
Fue en el lavado de manos donde nuestro Alí Babá me sorprendió.
-¿Sabes qué, Yayo?-
-Cuando yo me muera, ¿Subiré a la Estrella?... ¿veré a la Yaya Justa?-
Este viejo Yayo, tenía que responder y no sabía como mejor hacerlo. Así que, disimulando sus lacrimosos ojos, abrazó a su Alí Babá y le dijo.
- Mi niño, tu vivirás muchos años. Cuando mueras... subirás a la Estrella... verás no sólo a tu Yaya, también me verás a mi, juntos todos, jugaremos, y cantaremos esa canción, esa habanera que tanto te gusta y que cantaste con nosotros muchas veces.-
-Yayo, ¿qué es una habanera.?-
-Darío, ¿te acuerdas de "Salió de Jamaica...rumbo a Nueva York... un barco velero...?-
Mamá, no está vacía nuestra cueva hogareña. Hasta ahora no han aparecido los 40 ladrones. Sí que guarda muchos tesoros: nuestros hijos, las perlas de nuestros nietos, la esmeralda de mi hermana Marí -siempre pendiente de mi- los zafiros de tu hermana y sobrinas. Soy un solitario leñador, rico en afectos y cariño. Sólo me faltas tú, mi dorada arca, aunque sé que estás a mi lado, te siento cabe mi. Gracias por los tesoros que me has dejado.
Incansable ideador de nuevos proyectos, me atrevo a exponeros uno nuevo. Tenéis que colgar de vuestra Estrella un elevado semáforo. Pido luz verde para nuestro Darío y todos los peatones que, en mi vida actual caminan conmigo este largo, longuísimo paso de cebra.
Tras un tiempo, desde tu partida, si hecho de menos, pocos, muy pocos, viandantes comunes: compaña de toda nuestra vida que, con fútiles reparos, se han quedado parados al otro lado. Precisamente, a quienes tú hubieses apoyado de sol a sol con esa dedicación, tan propia de ti, para todos.
Para algunos, un solitario leñador, lo cambian por una obligación y no hay que crearse obligaciones. No importa. Estoy con quien debo caminar mi recorrido final, hasta que tu semáforo verde se me abra.
Sigo caminando mamá, tengo la suerte de gozar de ese pequeño Alí Babá que, dejaste atesorado para mí. Es tu regalo póstumo, es mi ayuda y consuelo, es -como dicen en Palencia- mi "chiguito" bastón. Que Dios y tú me lo conservéis a mi lado mientras viva. Es mi Alí Babá en nuestra oscura cueva, y si asoman los 40 ladrones que se lleven los malos recuerdos, o sea, que salgan con los cuévanos vacíos, porque entre tú y yo ,sólo hay recuerdos felizmente añorados.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
TE DEDICO LA HABANERA QUE CANTÁBAMOS CON DARÍO. Qué la sal de Torrevieja conserve nuestros recuerdos y tesoros.
https://www.youtube.com/watch?v=CCkltzhe0fQ
No hay comentarios:
Publicar un comentario