martes, 28 de junio de 2016

EL ARTE MUDÉJAR.


Mamá, hoy se cumplen 16 meses de tu partida. Mi amada castellana, sí, la de limpios apellidos patronímicos. No así, alguno de los míos, singularmente el de Tejo o "Texu", en asturiano. Ese árbol milenario que daría nombre a uno de mis ascendientes, no cristiano. 

Antaño, moriscos, mudéjares o judíos recibían nombres de plantas, nunca de santos patrones. Aquí me tienes debajo de mi Tejo, hoy, cristiano, antaño sucesor de una aljama o sinagoga.

Felices años, aquellos en los que existía la tolerancia y la convivencia entre religiones distintas. ¿De compras?... Toda la larga semana. Los moriscos cerraban los Viernes, los judíos el Sábado y los cristianos el Domingo. Siempre la Cesta de la Compra llena.

Los moriscos, tenían sus propias leyes y costumbres, practicaban sus creencias. Los mudéjares convertidos, gozaban de tolerancia. Los tiempos,cambiaron, los recelos surgieron y la convivencia se hizo cada vez más difícil.

Aquellas épocas nos legaron magnificas obras de arte. Conjunción única del románico castellano y el arte constructivo musulmán. Se unieron, ambos, en la singularidad del arte mudéjar y en los reinos cristianos de la Península Ibérica.

La llana Meseta, carente de canteras de piedra; rica en yeso, cal y arcillas, sustituyó los bloques pétreos, por el ladrillo recocido en los hornos.

Los moriscos y mudéjares, artistas de la albañilería, levantaron, para los siglos venideros, altas y geométricas arcadas de barro cocido, dotando de nuevas obras de arte a la llanura castellana.

Hoy, bajamos al blog una obra del Románico Mudéjar. "La Lugareja" sita a 3 kilómetros de la Villa de Arévalo.

Su noticia escrita se remonta al siglo  XIII en la que se reseña una Bula de 1.178 otorgada al Monaterio de Santa María de Gómez Román para monjes, quizá Templarios.


En 1.245 es ocupado por monjas benedictinas. Tras ellas, vino la ruina de la edificacion. Últimamente se han realizado obras de restauración de lo conservado.

 Excavaciones realizadas, han mostrado el arranque de lo que antiguamente fueron o serían, sus tres naves.



Lo conservado, muestra 3 ábsides preciosos con arquerías dobladas de ladrillo. Al trabajar con ladrillo, el mudejar, se ve obligado a reducir luces o distancia entre muros ya que la resistencia y soporte es menor que las luces empleadas en contrucciones pétreas.

Sobre el crucero, en su centro, cuatro pechinas ofrecen base a un tambor que corona con un cimorrio contenedor de la bóveda.

Es, pese al  rico mudéjar de Arévalo, su pieza única y primordial.

Y en recuerdo a nuestros antepasados, una imágen del Tejo de Santibáñez de la Fuente. Épocas de las que provienen apellidos como: Centeno, Trigo, Espina, Arroyo, Moral... y una canción de tiempos sefardies.





BUENAS NOCHES, MAMÁ.

https://www.youtube.com/watch?v=Y8TCu-d77Zg


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