Mamá. Nos conocimos al andar. Nuestro caminar juntos edificó un templo de amor que, cada noche, en la oscuridad, palpo sus pilares por desear abrazarte. Tú, fuiste la piedra clave de nuestro arco familiar.
"Se hace camino al andar". Son los caminos abiertos al viandante quienes le ofrecen: vida, paisaje, compaña y nuevas formas para el Arte.
"Se hace camino al andar". Son los caminos abiertos al viandante quienes le ofrecen: vida, paisaje, compaña y nuevas formas para el Arte.
En los inicios del siglo once
se abre una nueva etapa
los hombres guerrean
aunque muchos labran.
El feudalismo se impone
grandes señores marchan
a tierra de nadie, frontera
donde su valor alcanza
concesiones reales
castillos y posesiones.
Otros, segundones,
abrazan la vida monástica.
Vuelcanse en Grecia y Roma,
en disfrutar su sapiencia,
en copiar, con paciencia,
sus textos y sus redomas.
Se abren nuevos caminos,
muchos, dejan su huella,
romance en estrellas
a Santiago, peregrinos.
Entre los llegados,
Geometras, Maestros,
hombres siempre diestros
en copiar lo contemplado.
Lo contemplado en Lombardía,
lo avistado en Borgoña.
En su mente lo traían
para esculpirlo un día.
Este blogista pide confesión
lo que seguidamente narra,
es piedra sobre la alcazaba
forjada por ilusión.
En la Venta de Arévalo
varios carros paran,
bajan hombres risueños,
rubios, ojos azules,
manos laboriosas
encallecidas de labrar rosas;
un alarife los manda
¡Reinaldo, vigila la carga!
cinceles, punteros y mazas,
con las gubias, son nuestra vida,
en ellos va nuestra esperanza.
En la Venta espera
desde el amanecer
Rodrigo Jimenez de Rada
Obispo, consejero y amigo
del gran rey Alfonso VIII
perdedor de Alarcos
y vencedor de Miramamolín
en las Navas.
El alarife bogoñón
es el Maestro Giral Frunchel;
en la Venta entra
para recibir encomienda del Rey
Besa la mano al Obispo,
presenta a su Eminencia
a Otón su geómetra en ciencia,
Reinaldo maestro escultor
Dagoberto el croquizador
y el maestro cantero Crispo.
El resto de oficiales
pasa, saluda y aparte,
pide vino de Madrigales
y falan con las mancebas
por las que suspiran,
porque les gustan, bellas y morenas.
El de Rada, obispo y soldado,
dice misa y lucha a caballo.
A Fruchel se dirije para decirle,
vuestra fama de buen alarife
hasta la Reina ha llegado.
por ello Su Majestad
Alfonso el VIII
a petición de la Reina
varias obras os ha encomendado.
Doña Leonor Plantagenet,
Su Majestad, me ha rogado
encomendarme el honor, el recado
de lo que Ávila precisa.
Encajar en la muralla
un cimborrio romanista,
cabecera clasicista,
que eleve al cielo la plegaria
y con sus almenas, cuidarla
de los ataques sarracenos.
Bastión defensivo,
refugio peregrino
oración y destino defensivo.
Tras ello, concluído,
la nueva Catedral planificar.
Doña Leonor,
venera con devoción
a San Vicente y sus Hermanas,
por ello pide un singular panteón
para que el pueblo abulense,
tenga siempre presente
a los tres Hermanos
por martirio, abulenses
y por cuna, talaveranos.
Estipendios no han de faltar,
el canónigo tesorero
cuenta con bienes suficientes:
limosmas, estipendios y diezmos
que permitiran los trabajos afrontar.
Y, como no, la fluída,
por piadosa querida,
donación Real.
Es más, labor no os ha de faltar.
Un pequeño templo
fuera de la muralla
para culto y alabanza
a San Isidoro.
Su cuerpo alli reposó
camino del reino de León.
Otro templo extramuros,
en piedra de La Colilla,
que muestre en capiteles
el esplendor de Castilla.
El de Rada, la encomienda Real entregó.
Rodeado de su mesnada, al alarife despidió,
cabalgaba brioso alazán.
Giral Fruchel, alzo su brazo
tremulando un cálido adiós
mientras vociferaba.
Con obispos así
vestidos con alba o peto
esta tierra es de respeto
para la obra del mejor alarife.
Cuadrilla, corramos, volemos,
la Historia nos consagra
en la Ciudad de los Caballeros.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
https://www.youtube.com/watch?v=a3-wTBqoNlU
romance en estrellas
a Santiago, peregrinos.
Entre los llegados,
Geometras, Maestros,
hombres siempre diestros
en copiar lo contemplado.
Lo contemplado en Lombardía,
lo avistado en Borgoña.
En su mente lo traían
para esculpirlo un día.
Este blogista pide confesión
lo que seguidamente narra,
es piedra sobre la alcazaba
forjada por ilusión.
En la Venta de Arévalo
varios carros paran,
bajan hombres risueños,
rubios, ojos azules,
manos laboriosas
encallecidas de labrar rosas;
un alarife los manda
¡Reinaldo, vigila la carga!
cinceles, punteros y mazas,
con las gubias, son nuestra vida,
en ellos va nuestra esperanza.
En la Venta espera
desde el amanecer
Rodrigo Jimenez de Rada
Obispo, consejero y amigo
del gran rey Alfonso VIII
perdedor de Alarcos
y vencedor de Miramamolín
en las Navas.
El alarife bogoñón
es el Maestro Giral Frunchel;
en la Venta entra
para recibir encomienda del Rey
Besa la mano al Obispo,
presenta a su Eminencia
a Otón su geómetra en ciencia,
Reinaldo maestro escultor
Dagoberto el croquizador
y el maestro cantero Crispo.
El resto de oficiales
pasa, saluda y aparte,
pide vino de Madrigales
y falan con las mancebas
por las que suspiran,
porque les gustan, bellas y morenas.
El de Rada, obispo y soldado,
dice misa y lucha a caballo.
A Fruchel se dirije para decirle,
vuestra fama de buen alarife
hasta la Reina ha llegado.
por ello Su Majestad
Alfonso el VIII
a petición de la Reina
varias obras os ha encomendado.
Doña Leonor Plantagenet,
Su Majestad, me ha rogado
encomendarme el honor, el recado
de lo que Ávila precisa.
Encajar en la muralla
un cimborrio romanista,
cabecera clasicista,
que eleve al cielo la plegaria
y con sus almenas, cuidarla
de los ataques sarracenos.
Bastión defensivo,
refugio peregrino
oración y destino defensivo.
Tras ello, concluído,
la nueva Catedral planificar.
Doña Leonor,
venera con devoción
a San Vicente y sus Hermanas,
por ello pide un singular panteón
para que el pueblo abulense,
tenga siempre presente
a los tres Hermanos
por martirio, abulenses
y por cuna, talaveranos.
Estipendios no han de faltar,
el canónigo tesorero
cuenta con bienes suficientes:
limosmas, estipendios y diezmos
que permitiran los trabajos afrontar.
Y, como no, la fluída,
por piadosa querida,
donación Real.
Es más, labor no os ha de faltar.
Un pequeño templo
fuera de la muralla
para culto y alabanza
a San Isidoro.
Su cuerpo alli reposó
camino del reino de León.
Otro templo extramuros,
en piedra de La Colilla,
que muestre en capiteles
el esplendor de Castilla.
El de Rada, la encomienda Real entregó.
Rodeado de su mesnada, al alarife despidió,
cabalgaba brioso alazán.
Giral Fruchel, alzo su brazo
tremulando un cálido adiós
mientras vociferaba.
Con obispos así
vestidos con alba o peto
esta tierra es de respeto
para la obra del mejor alarife.
Cuadrilla, corramos, volemos,
la Historia nos consagra
en la Ciudad de los Caballeros.
BUENAS NOCHES, MAMÁ.
https://www.youtube.com/watch?v=a3-wTBqoNlU
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