viernes, 26 de agosto de 2016

LIMPIO DE POLVO Y PAJA.

Así debía ofrecerse al consumidor, el hielo proviniente del Pozo de la Nieve. Limpio de polvo y paja.

En la vieja imagen, los restos del Pozo de la Nieve, perfectamente ubicado a 1.100 de altura, en el lienzo norte de la muralla: dando cara al gélido viento, asentado en la umbría con amplia explanada al aquilón y en pendiente, para facilitar la formación de enormes pelotas de nieve a los "boleros". 

Dos arcos, bien trazados, daban sustento a la cubierta que aislaba el interior de la temperatura externa. Seguramente, de ellos, pendería un juego de poleas que elevaría los trozos de hielo para ponerlos al alcance del palero expendedor.

Dos mil años antes de Cristo ya se utilizaban en Mesopotamia los pozos de nieve. Adecuadamente ubicados en la cadena montañosa del Tageos o el Tauro, podían suministrar hielo, mediante arrieros y de noche, a distancias de unos 100 kilómetros.

Ya Galeno, dos siglos antes de nuestra era, proclamaba las bondades del hielo como antiinflamatorio y remedio contra las hemorragias.

En la época romana, desde el sur de Italia se enviaban remesas de hielo hacia el norte de África.

En los siglos XI y XII, médicos y filósofos, lo aconsejan como anestésico, entre ellos, Averroes y Avicena. En la ruta jacobea, el Camino de Santiago, en 1.160 el "Liber peregrinationis" aconseja, por la falta de pozos de nieve, consumir en el día los peces pescados. No conservarlos si falta hielo.

Es en el siglo XV cuando se populariza el uso del hielo entre la clase alta: leche helada, sorbetes, zumos. Es la clase alta la que promueve la creación y explota, para su beneficio, los pozos de la nieve.

El pozo de la nieve, en Ávila era propiedad del Municipio y contaba con un Concejal dedicado a este menester.

En aquellos días, Ávila contaba con una preciosa fuente de energía natural: el agua y por añadidura, la nieve. El pozo de la nieve, era un prometedor proyecto que requería: técnica constructiva y facilitaba ingresos de arrendamiento. 

Su explotación creaba rutas de distribución e iniciaba nuevos puestos de trabajo: empozadores, boleros, paleros, arrieros y aguadores.

Toda zona montañosa de la Península Ibérica, vivió un frenesí constructivo de estos pozos desde el siglo XV. y terminó en el XIX. En ese largo tramo, se vivió una bajada de temperaturas favorecedora de nieves y fortalecedora de esta actividad.

La mayoría de los pozos tenían forma circular: excavación de 4 a 20 metros, circundados de: sillares, dotado de desagüe, entrada para los operarios y boca por la que introducir la nívea materia prima.

En el fondo del pozo, se creaba un entramado de troncos sobre los que se clavaban tablones separados por unos 10 centímetros. Con ello se creaba una base de sustentación para la carga de nieve. Los troncos, en otros casos eran sustituidos por piedras o por cantos rodados. Todo ello para lograr, la evacuación al exterior del agua que la masa de nieve perdiese en el transcurso del tiempo.

Tanto la base creada como las paredes laterales eran cubiertas por elementos o ramas vegetales: carrasca, boj o paja.


Los Boleros y Paleros, introducían la nieve sobre la base. Los Empozadores o Pisoneros, bien protegido su calzado con pieles o sacos, prensaban con un pesado pisón la nieve, apretándola hasta formar una gruesa capa de 40 a 50 centímetros. Sobre ella, extendían los Trajineros un manto de paja y sobre él, introducían mas nieve para ser prensada de nuevo.

Terminadas las sucesivas capas, la superior, era cubierta por paja, carrasca y pieles. Acabada la labor, el pozo era cerrado a finales de Febrero por aquel dicho:
Dura mas la buena vecina que la nieve marcelina.

Llegado el final de Mayo, se iniciaba la explotación, si otro dicho lo permitía:
Hasta el cuarenta de Mayo no te quites el sayo.

El Pregonero ya voceaba:
Hay hielo en el Pozo de la Nieve. La arroba a TRES pesetas. LIMPIA DE POLVO Y PAJA.



y... sólo me resta, con gran pena, despedirme de mis fieles amigos, de los asiduos lectores de mi blog. Los cirujanos salmantinos me esperan 
para una intervención que conlleva riesgo y tiempo, bastante tiempo de recuperación. Mi esternón tardará en soldar y por no dar la lata, este viudo se recuperará en una Residencia Geriátrica.
Si todo sale bien, será un placer - para mí - volver a comunicarme con vosotros. Gracias, muchas gracias a todos.

BUENAS NOCHES, MAMÁ. 
AHORA, TE NECESITO MAS QUE NUNCA.
TÚ, A MI LADO.

https://www.youtube.com/watch?v=Ux6-B7dJIM0

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