SI YO FUESE PINTOR.

No se me ha dado mal el dibujo y la pintura. Ya he abandonado mi juvenil afición a pintar lienzos al óleo. Toda nuestra casa, Mamá recuerda, cuelga en sus blancas paredes mis sencillas obras con la firma ML y el año de realización. Navíos, centros de flores, bodegones, cazadores con sus trofeos y castillos, muchos castillos... y como no Mamá, tu lindo rostro por doquier.

Si yo fuese un pintor como Simón Vouet (Dios le libre de comparaciones propias), le imitaría en una de sus costumbres: tener casi siempre a su esposa,  Virginia da Vezzo, como casi único modelo: María Magdalena, Judit, y hasta como imagen de la Virgen María.

Vouet, se formó en el taller de su padre. Viajó a Italia y allí, se prendó del arte de Caravaggio y de Tiziano. Enamorado de la nueva escuela italiana, la aportó: naturalismo, luminosidad, suave movimiento y barroquismo. Terminó como pintor real de Luis XIII.

La imagen que hoy, abre el blog, es un óleo de Simón Vouet, EL TIEMPO VENCIDO POR LA ESPERANZA, EL AMOR Y LA BELLEZA. El Tiempo, vejete rodando por los suelos, desarmado de su guadaña y  el reloj de arena. La Esperanza, amenazante con un  garfio y... como no, la Belleza,(esposa del pintor), atenaza los cabellos del sufrido Tiempo.

El óleo, para Vouet, es un símbolo representativo, esperanzado, de un deseo humano. Vencer el devenir del Tiempo sobre la belleza del cuerpo. Una pomada regeneradora, dermocosmética de las capas más profundas, evitando: las arrugas, la flacidez, el desequilibrio y la flexibilidad; revitalizando la belleza externa y perpetuándola en  el Tiempo.

A los humanos, nos encanta la belleza expresada por los cánones griegos y romanos. Nos atrae la belleza exterior, su gracilidad, sus curvas, su proporcionalidad entre las partes esculturales. Tanto nos atrae, que nos despiertan deseos de proximidad, de posesión. Tan absortos estamos en su contemplación, que no reparamos en la sombra futura del Tiempo. Creemos que la imagen contemplada hoy, sera a perpetuidad.

La vista, la percepción externa llega a la retina del artista, y uno tras otro plasman en sus obras la Belleza Externa. Llegarán tiempos en los que la cibernética, el algoritmo, la comunicación entre seres, nos lance a la impresora la Belleza Interna de quienes nos atraen externamente.

Hoy, por hoy, tras el roce, la convivencia, la unión, nos muestra personas en las que el Tiempo, tras años, plagadas de imperfecciones cutáneas, de profundas arrugas y huesuda figura nos resultan: atractivas, imprescindibles y necesarias por su Belleza  y Interior, por su equilibrio mental y sentimental, por su afecto y entrega.

Si a su actual decrepitud se unió antaño su Belleza Exterior, mejor que mejor.

El Tiempo, fue vencido por ellas, su guadaña no las afectará interiormente, permanecerán bellas en su interior. Sólo serán un bello recuerdo cuando el Tiempo las siegue. Un recuerdo bello e imborrable hasta nuestra última hora. 





BUENAS NOCHES,
MAMÁ. SIEMPRE EN MI
CORAZÓN


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