martes, 2 de agosto de 2016

ÁVILA EN SEFARAD. ( III ).

Querida Esposa. Por tus límpidos apellidos estás libre de ascendencia hebrea. Yo, al contrario, mi Lombraña, mi Tejo, mi Espina, me acercan honrosamente a descendiente de algún converso. En los libros bautismales de Bardallur, siglo XVI, los judíos tomaban apellidos de los frutos del Campo: Trigo, Centeno, Peral, para no injuriar al Santoral y evitar conflictos.

Ha sido tan importante la presencia Judía en nuestra nación que más de un millón de actuales españolitos procedemos de aquella masa influyente de conversos. Si residiese en Mallorca, sería un "chueta" más.

Claudio Sánchez Albornoz, considera que del rey abajo, nadie debe considerarse limpio de sangre, y cuanto más alto en la escala social, mayor peligro de ascendencia judaica.

Ascendientes judíos tuvieron: - perdón Don Claudio - Fernando el Católico, Luis Vives, San Juan de Ávila, fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús. El padre de Teresa, vistió el sambenito en Toledo por lo que se estableció en Ávila, abriendo un comercio en la calle Andrín, hoy calle Reyes Católicos.

La presencia de judíos en nuestra Península Ibérica es más antigua de lo que suponemos. Sin entrar en profundos revoltijos de papiros, vamos a apropiarnos de Tarsis y de su existencia.

Ya Salomón, encargó la construcción de amplias naves, para comerciar con los Tartesios. En nuestro suelo malagueño obran cerámicas procedentes de Tiro. En Israel, existen lingotes de plata con inscripciones de tartesias.

Los ataques de Nabucodonosor al pueblo israelita, obligaron a una diáspora hebrea hacia los confines del mundo fenicio o sea nuestra Bética.

Tito, destruye Jerusalén y el vencido pueblo, emigra al Sur de Hispania.

Adriano, destierra a 40.000 familias de la tribu de Judá y 10.000 de la tribu de Benjamín.

De verdad, la historia del judío arrepentido, protector de nuestros Santos: Vicente, Sabina y Cristeta, abandona la tradición, la leyenda, para cobrar autenticidad en el siglo IV. Claro que había judíos en nuestra ciudad por aquellos días. 

En el citado siglo, el Concilio de Iliberis, prohíbe a las mujeres cristianas contraer matrimonio con judíos. ¡Pobrecitos!. Muchos de ellos, descendían de los antiguos hebreos venidos en tiempos de Salomón. Nada tenían que culparse por la crucifixión del Nazareno. A fastidiarse, si te gustaba la moza cristiana... ¡ Cuidado !. 


El pueblo árabe los desterraba, aquí - los visigodos - eran castigadores con ellos. Con Recaredo, gozaron de prosperidad. Con Sisebuto, no. Obligó a convertirse nada menos que a 90.000 nuevos bautizados. Suintila acentuó la obligada renuncia a sus creencias. Recesvinto persigue a los relapsos. Vamba decreta nuevos destierros. Por fin, Égica protege a los conversos y Vitiza logra el regreso de los huidos. 

Vimos en blog anterior que la actividad de los curtidos del cuero tenía su importancia en Ávila. Lógicamente, el gremio de los zapateros era muy importante, el más numeroso. Hace tiempo que "la mosca me rondaba la oreja" con dos tallas en madera policromada, situadas en el retablo - ubicado a la izquierda - del crucero de San Vicente.
Ni más ni menos que San Crispin y San Crispiniano, protectores del gremio del calzado que los judíos ejercían, casi con carácter de monopolio.

Alfonso VI, antecesor  en el reino de nuestro Rey Niño, fue derrotado en Uclés y Sagrajas; enamorado de Zaida - hija de Motámiz de Sevilla -quien tomó el bautismo con el nombre de Isabel, fue madre del infante Don Sancho, muerto en la derrota de Uclés por los almohades. No obstante, su padre, el Rey pudo huir. En estas batallas Alfonso contó con el apoyo de numerosos soldados judíos.

Los prisioneros de estas batallas, fueron vendidos como esclavos a los judíos de Al Andalus. Cosas de la vida. Se daría el caso de que un judío andaluz comprase como esclavo a un soldado judío, del ejercito cristiano

Este rey y tras él, su hijo, favorecieron y protegieron a los súbditos hebreos, abriendo para ellos una época de prosperidad. Sus alcanás (calles), sus aljamas, alcaicerías y mercados eran un bullir de tratos comerciales. En 1144, Alfonso VII concede a la Ciudad y Cabildo la décima parte de los tributos aquí recaudados. Los judíos representaban, entonces un 44 por ciento de los contribuyentes.

Mamá, cuando nuestros amores nacían, lo hacían a la par que una canta - autora, cantaba sus primeras composiciones. En tu memoria y en la de Cecilia, mis BUENAS NOCHES, HACIA VUESTRA ESTRELLA, PARA AMBAS. 


https://www.youtube.com/watch?v=nOatrXGc0do





No hay comentarios:

Publicar un comentario