PERSEIDAS.

Mi  querida niña. Hoy tengo un día desangelado. Me acostaré en cuanto termine el blog. No saldré a contemplar las Perseidas. El polvo estelar del Cometa, habrá dejado en su órbita un reguero de partículas. Nuestro planeta atravesará dicha estela y las partículas del Swift -Tuttle penetrarán  en nuestra atmósfera, donde al incendiarse, rasgarán con su lineal brillo nuestro oscuro y nocturno firmamento.

No deseo contemplarlo, me agobiaran los recuerdos del feliz pasado en nuestra casita veraniega. ¿Recuerdas?. Tras la cena, cogidos del brazo subíamos la cuesta de la "Pililla" contemplando las Perseidas.

Una, otra, tres. Decenas de ellas venían de Gredos, trazando senderos rectilíneos hacia el Gansino y Guimorcondo. Breves, fugaces, como la Vida. Uno, entonces, no pensaba que la vida, el amor compartido, que la unión conyugal sería tan fugaz, tan breve como las Perseidas.

Cuarenta y nueve años, del brazo cogidos, se me han hecho breves y fugaces. Hoy, sin ti, cada hora es un siglo, por ello renuncio a contemplar hoy las Perseidas. Si lo hiciese , me faltaría tomarte el brazo, me molestaría caminar solo, subiendo la cuesta de la "Pililla". 

Tiziano, pintó para Felipe II el óleo sobre lienzo, en el que presenta a Dánae, toda receptiva, recibiendo la lluvia dorada. Lluvia en la que Júpiter escondía su fogoso deseo. Del metamorfoseado amor de Júpiter, nació Perseo. Una "poesía" para Tiziano, una fábula mitológica para la posteridad. Un nombre para las Perseidas, unido a otro, el de "Lágrimas de San Lorenzo".

La Vida es Sueño y los sueños, antes realidad vivida, sueños parecen hoy.

Mientras las Perseidas dibujan trazos en el encerado del cielo, hoy, ajeno a ellas, poso mi mirada en tu fotografía. Toda una mujer fuerte, amada, querida y perdida. Yo, como el junco doblado, resistiré, me pondré de nuevo en pie para, esperarte y cogerte del brazo y juntos mirar desde arriba, bajando los ojos, las Perseidas de años venideros.


BUENAS NOCHES, MAMÁ.

Si tu rostro contemplo,

y solo, ante tu fotografía

beso tus ojos benditos

cual antes, soler hacía.

Hoy, mis besos no son vanos,

aún la triste lejanía,

besos cargados de amores

cual los de aquellos días.

Tú, me miras sonriente

los recibes afectiva

quisiera volver, podría

abrazarte y VERTE YA, cada día.

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