LA VIRGEN DE LOS REYES CATÓLICOS |
Querida Justa. Europa anda preocupada con la tercera invasión mahometana. La primera, pasó el estrecho gibraltareño. La segunda plantó a los otomanos a las puertas de Viena. La tercera la estamos contemplando actualmente. Los actuales mandatarios europeos, algo indiferentes y pasivos, no están tan abrumados como los Reyes Católicos por posibles delitos potenciales, promovidos por grupos radicales islamistas.
Por ello, pongo al día, una tabla hispano-flamenca del Museo del Prado que perteneció, antiguamente, al palacio isabelino del Monasterio de Santo Tomás en Ávila. Fíjate bien Mamá. A la izquierda Santo Tomás de Aquino, arrodillado, el rey Fernando, a su lado el príncipe Juan. Tras ellos Fray Tomás de Torquemada, Inquisidor General del Tribunal del Santo Oficio. A la derecha, Santo Domingo de Guzmán, postrada Isabel de Castilla, a su lado su hija la princesa Juana. Tras ellas ¿San Pedro Arbués, Inquisidor de Zaragoza?, pues sí, no hay duda, fue muerto en la Seo y en esta tabla presenta una herida en su frente.
Fe Religiosa en su más prístina pureza. Poder Religioso. Poder Real. La tabla, de autor desconocido, es una conjunción, única, de poderes ante una vieja crisis a solucionar que, desgraciadamente, finalizó con la execrable expulsión de los judíos. Fué una solución de crisis difícil, retrasada varias veces, y finalmente tomada con la Bula Papal concedida el 11 de enero de 1486 -obrante en el Archivo de Simancas- donde se nombra a Fray Tomás de Torquemada Inquisidor General.
Hoy, tras esta tercera invasión sarracena con la que: Estado y todas las ONG están volcados, levanta suspicacias en el actual español. Se dan casos, muchos, de inmigrantes (no me refiero a los eficientes sudamericanos: chilenos, ecuatorianos, peruanos...buscadores incansables de trabajo) que no quieren trabajar, que no se integran, que pueblan terrazas de cafeterías sin dar un palo al agua. Viven de las ayudas, de los paquetes de Cáritas, de graciosas prestaciones municipales y, cuando el propio municipio les ofrece un trabajo, no lo aceptan por no perder el "modus vivendi" al que se han aclimatado. -"En Marruecos no nos dan nada. Prefiero España"- dicen tan tranquilos. A nuestro pueblo llano, estas posturas le molestan. Son gentes egoístas, arrebatan a los auténticos necesitados la caridad solidaria. Conozco personas, contribuyentes voluntarios a las peticiones del Banco de Alimentos, que sólo donan carne y productos de cerdo, para que no caiga en manos de desaprensivos, favorecidos indebidamente.
Hoy, tras esta tercera invasión sarracena con la que: Estado y todas las ONG están volcados, levanta suspicacias en el actual español. Se dan casos, muchos, de inmigrantes (no me refiero a los eficientes sudamericanos: chilenos, ecuatorianos, peruanos...buscadores incansables de trabajo) que no quieren trabajar, que no se integran, que pueblan terrazas de cafeterías sin dar un palo al agua. Viven de las ayudas, de los paquetes de Cáritas, de graciosas prestaciones municipales y, cuando el propio municipio les ofrece un trabajo, no lo aceptan por no perder el "modus vivendi" al que se han aclimatado. -"En Marruecos no nos dan nada. Prefiero España"- dicen tan tranquilos. A nuestro pueblo llano, estas posturas le molestan. Son gentes egoístas, arrebatan a los auténticos necesitados la caridad solidaria. Conozco personas, contribuyentes voluntarios a las peticiones del Banco de Alimentos, que sólo donan carne y productos de cerdo, para que no caiga en manos de desaprensivos, favorecidos indebidamente.
Hoy, tomar una solución eficiente contra el radicalismo islamita, no encontraría apoderados para firmar una resolución al respecto. Los mandatarios europeos, desunidos. El Papado, abierto a los hijos de Dios, con turbante o sin él. Los Obispos, carentes de sacerdotes, atendiendo la obligación eucarística de los Domingos mediante diáconos laicos.
Los Islamitas, sin cabeza que agrupe a chiitas o sunitas y hasta matándose entre ellos. Pero volvamos a nuestra pasada Nueva Inquisición, aquella en la que el brazo religioso, el Tribunal del Santo Oficio, investigaba: la "pureza de sangre" la "herejía", la "blasfemia" , a los "fornicarios" . Aquella que consideraba sujetos a inquirir a niños de 12 años y niñas de 14. Brazo religioso, que sentenciaba y -tras condena-, "relajaba" al acusad al brazo estatal. La Leyenda Negra se empecinó con el Santo Oficio. Bien es verdad que el Papado se opuso a muchas de sus decisiones y actos. En otros casos, los bienes de los denunciados, promovían acusaciones infundadas y falaces. Cerca de 25.000 personas fueron procesadas y otras 2.000 condenadas al Brasero.
Hace unos días la Asociación de Vecinos del Barrio de San Nicolás, en Ávila, inauguró una florida rotonda sobre el lugar que ocupó el Brasero de la Inquisición,"de la Dehesa", en nuestra ciudad. Quemadero de judíos no conversos, fieles a sus creencias y musulmanes seguidores del Corán. "Marranos" los apodaba la Inquisición.
También, su Majestad el Rey Felipe, otorgó -hace pocos días- la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados de España, los sefarditas, siempre amantes de su nación originaria y enamorados de Sefarad, conservan su lengua, su música y sus costumbres.
Fray Tomás de Torquemada fue Inquisidor General del Tribunal del Santo Oficio. Parece que nació en el palentino Valle del Cerrato en la localidad de Torquemada hacia el año 1420. Su familia, de judíos conversos, era muy influyente. Ingresa en el convento de Dominicos de San Pablo, en Valladolid donde su tío, el Cardenal Juan de Torquemada, fue Prior. De allí salió tras formarse en varias universidades, para Prior del convento de La Santa Cruz en Segovia. Llegó a ser confesor Real influyendo poderosamente en sus decisiones, Torquemada, (muchas veces, los advenedizos, los recién llegados a los "dogmas" son los más exigentes abanderados) implacable con la pureza de la Fe, fue decisivo en la decisión de expulsar de los reinos a los judíos, unos 200.000 que no abrazaron el cristianismo. Malvendieron sus bienes a desaprensivos, abandonaron sus negocios y partieron hacia las fronteras arriesgando vidas y pertenencias. Muchos, perdieron sus vidas en este éxodo o diáspora impuesta.
La Inquisición no podía perseguir a los judíos por sus prácticas mosaicas. Sí, podía procesar a los judíos conversos, a los bautizados en la fé católica que, ocultamente, apostataban de Cristo y volvían a sus prácticas mosaicas.
Varios hechos ocultos de los conversos: sacrilegios, profanaciones y ritos satánicos influyeron en el llano pueblo para despertar el odio hacia los judíos. Insertamos una imagen del retablo procedente de Valbona de las Monjas en el Museo de Arte de Cataluña. Un dominico atiende a un condenado a la hoguera mientras los sayones avivan el fuego; dos conversos profanan una Sagrada Forma clavándole un puñal. Otros conversos atraviesan la Hostia con una lanza. Varios asesinatos populares contra judíos provocaron conversiones poco sinceras que vaciaron las sinagogas. La predicación de San Vicente Ferrer aumentó mucho el número de nuevos conversos fieles y sinceros a su nueva fe. Otros, recibieron el bautismo impulsados por el miedo. La fobia popular solía odiarlos y señalarlos por su desmedida ambición hacia el dinero y los préstamos. Varias aljamas Fueron saqueadas y se creó una atmósfera de temor judío ante una sociedad, confesionalmente, radical y religiosa.
Torquemada, reglamentó meticulosamente las actuaciones del Santo Oficio, muchas confesiones se obtuvieron bajo tormento a los acusados. Los primeros años de actuación inquisitorial fueron desenfrenados especialmente en Levante y Andalucía. Hasta el Papado intentó frenar las injusticias de algunas actuaciones de la Nueva Inquisición, muy particularmente en Sevilla, en el alcázar de Triana, prisión y cárcel del Santo Oficio ante la dureza excesiva y las prisas injustificadas y en medio de una peste que dejó la ciudad casi despoblada.
Surge, entonces el triste o legendario caso del Santo Niño de La Guardia, localidad toledana. Varios conversos en la Semana Santa, deciden realizar un rito, según ellos, experimentado en centroeuropa. Mezclar una Sagrada Forma con la sangre y el corazón de un niño cristiano. Lo raptan, lo crucifican y extraen su corazón. Un converso, sacristán, aporta la sagrada forma. Hoy, todavía la localidad de La Guardia venera y procesiona la imagen del Santo Niño. Se inicia la investigación, lo negado ante los inquisidores es confesado bajo tormento. La investigación debería iniciarse y juzgarse en Toledo, pero Torquemada ordena se haga en Ávila.
Hay alguna documentación al respecto, otra se ha perdido. Nunca existió denuncia alguna por la desaparición del Santo Niño, por ello las dudas las confesiones obtenidas con tormento y las diferencias de los investigadores ensombrecen el proceso. Finalmente, los acusados son quemados vivos en el Brasero de La Dehesa de Ávila, sus bienes, confiscados, se destinan al convento que Torquemada levantaba.
El proceso, de dominio público, levanta nuevamente la atmósfera de odio al judío y el temor de éstos que abandonan sus aljamas en previsión de actos contra ellos. El proceso influye notablemente en los Reyes quienes a los pocos meses decretan la expulsión de los judíos para desgracia de nuestros reinos.Una desamortización anticipada, primer peldaño hacia la decadencia.
En la imagen anexa el influyente judío Isaac Abravanel intercede ante los Reyes, Fernando e Isabel para evitar la expulsión de los sefardíes. Torquemada, exasperado, lanza su crucifijo contra Isaac diciendo:
-Judas vendió al Señor por 30 monedas. Majestades ¿lo vendereis por 30.000?-
Cuando contemplo hoy las imágenes del verdugo del nuevo Califato islamista. Vestido el verdugo de negro y el inocente mártir tocado con un nuevo sambenito (no amarillo, ni con la cruz en aspa) rosado, Me parece un ignominioso acto de fe a lo salvaje a lo radical de una Tercera Inquisición reglamentada por fanáticos y radicales.
Los bombardeos de rusos, británicos, franceses y alemanes, no evitarán el Nuevo Califato, quizás logren frenar su expansión. Ya no vale hoy la Inquisición , solo una Nueva Cruzada lograría paralizar sus locas ambiciones. Europa, despierta, sacude tu indiferencia.
MAMÁ, SON LAS SEIS DE LA MADRUGADA. UN FUERTE ABRAZO Y
BUENOS DÍAS.
Los Islamitas, sin cabeza que agrupe a chiitas o sunitas y hasta matándose entre ellos. Pero volvamos a nuestra pasada Nueva Inquisición, aquella en la que el brazo religioso, el Tribunal del Santo Oficio, investigaba: la "pureza de sangre" la "herejía", la "blasfemia" , a los "fornicarios" . Aquella que consideraba sujetos a inquirir a niños de 12 años y niñas de 14. Brazo religioso, que sentenciaba y -tras condena-, "relajaba" al acusad al brazo estatal. La Leyenda Negra se empecinó con el Santo Oficio. Bien es verdad que el Papado se opuso a muchas de sus decisiones y actos. En otros casos, los bienes de los denunciados, promovían acusaciones infundadas y falaces. Cerca de 25.000 personas fueron procesadas y otras 2.000 condenadas al Brasero.
Hace unos días la Asociación de Vecinos del Barrio de San Nicolás, en Ávila, inauguró una florida rotonda sobre el lugar que ocupó el Brasero de la Inquisición,"de la Dehesa", en nuestra ciudad. Quemadero de judíos no conversos, fieles a sus creencias y musulmanes seguidores del Corán. "Marranos" los apodaba la Inquisición.
También, su Majestad el Rey Felipe, otorgó -hace pocos días- la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados de España, los sefarditas, siempre amantes de su nación originaria y enamorados de Sefarad, conservan su lengua, su música y sus costumbres.
Fray Tomás de Torquemada fue Inquisidor General del Tribunal del Santo Oficio. Parece que nació en el palentino Valle del Cerrato en la localidad de Torquemada hacia el año 1420. Su familia, de judíos conversos, era muy influyente. Ingresa en el convento de Dominicos de San Pablo, en Valladolid donde su tío, el Cardenal Juan de Torquemada, fue Prior. De allí salió tras formarse en varias universidades, para Prior del convento de La Santa Cruz en Segovia. Llegó a ser confesor Real influyendo poderosamente en sus decisiones, Torquemada, (muchas veces, los advenedizos, los recién llegados a los "dogmas" son los más exigentes abanderados) implacable con la pureza de la Fe, fue decisivo en la decisión de expulsar de los reinos a los judíos, unos 200.000 que no abrazaron el cristianismo. Malvendieron sus bienes a desaprensivos, abandonaron sus negocios y partieron hacia las fronteras arriesgando vidas y pertenencias. Muchos, perdieron sus vidas en este éxodo o diáspora impuesta.
La Inquisición no podía perseguir a los judíos por sus prácticas mosaicas. Sí, podía procesar a los judíos conversos, a los bautizados en la fé católica que, ocultamente, apostataban de Cristo y volvían a sus prácticas mosaicas.
Varios hechos ocultos de los conversos: sacrilegios, profanaciones y ritos satánicos influyeron en el llano pueblo para despertar el odio hacia los judíos. Insertamos una imagen del retablo procedente de Valbona de las Monjas en el Museo de Arte de Cataluña. Un dominico atiende a un condenado a la hoguera mientras los sayones avivan el fuego; dos conversos profanan una Sagrada Forma clavándole un puñal. Otros conversos atraviesan la Hostia con una lanza. Varios asesinatos populares contra judíos provocaron conversiones poco sinceras que vaciaron las sinagogas. La predicación de San Vicente Ferrer aumentó mucho el número de nuevos conversos fieles y sinceros a su nueva fe. Otros, recibieron el bautismo impulsados por el miedo. La fobia popular solía odiarlos y señalarlos por su desmedida ambición hacia el dinero y los préstamos. Varias aljamas Fueron saqueadas y se creó una atmósfera de temor judío ante una sociedad, confesionalmente, radical y religiosa.
Torquemada, reglamentó meticulosamente las actuaciones del Santo Oficio, muchas confesiones se obtuvieron bajo tormento a los acusados. Los primeros años de actuación inquisitorial fueron desenfrenados especialmente en Levante y Andalucía. Hasta el Papado intentó frenar las injusticias de algunas actuaciones de la Nueva Inquisición, muy particularmente en Sevilla, en el alcázar de Triana, prisión y cárcel del Santo Oficio ante la dureza excesiva y las prisas injustificadas y en medio de una peste que dejó la ciudad casi despoblada.
Surge, entonces el triste o legendario caso del Santo Niño de La Guardia, localidad toledana. Varios conversos en la Semana Santa, deciden realizar un rito, según ellos, experimentado en centroeuropa. Mezclar una Sagrada Forma con la sangre y el corazón de un niño cristiano. Lo raptan, lo crucifican y extraen su corazón. Un converso, sacristán, aporta la sagrada forma. Hoy, todavía la localidad de La Guardia venera y procesiona la imagen del Santo Niño. Se inicia la investigación, lo negado ante los inquisidores es confesado bajo tormento. La investigación debería iniciarse y juzgarse en Toledo, pero Torquemada ordena se haga en Ávila.
Hay alguna documentación al respecto, otra se ha perdido. Nunca existió denuncia alguna por la desaparición del Santo Niño, por ello las dudas las confesiones obtenidas con tormento y las diferencias de los investigadores ensombrecen el proceso. Finalmente, los acusados son quemados vivos en el Brasero de La Dehesa de Ávila, sus bienes, confiscados, se destinan al convento que Torquemada levantaba.
El proceso, de dominio público, levanta nuevamente la atmósfera de odio al judío y el temor de éstos que abandonan sus aljamas en previsión de actos contra ellos. El proceso influye notablemente en los Reyes quienes a los pocos meses decretan la expulsión de los judíos para desgracia de nuestros reinos.Una desamortización anticipada, primer peldaño hacia la decadencia.
En la imagen anexa el influyente judío Isaac Abravanel intercede ante los Reyes, Fernando e Isabel para evitar la expulsión de los sefardíes. Torquemada, exasperado, lanza su crucifijo contra Isaac diciendo:
-Judas vendió al Señor por 30 monedas. Majestades ¿lo vendereis por 30.000?-
Cuando contemplo hoy las imágenes del verdugo del nuevo Califato islamista. Vestido el verdugo de negro y el inocente mártir tocado con un nuevo sambenito (no amarillo, ni con la cruz en aspa) rosado, Me parece un ignominioso acto de fe a lo salvaje a lo radical de una Tercera Inquisición reglamentada por fanáticos y radicales.
Los bombardeos de rusos, británicos, franceses y alemanes, no evitarán el Nuevo Califato, quizás logren frenar su expansión. Ya no vale hoy la Inquisición , solo una Nueva Cruzada lograría paralizar sus locas ambiciones. Europa, despierta, sacude tu indiferencia.
MAMÁ, SON LAS SEIS DE LA MADRUGADA. UN FUERTE ABRAZO Y
BUENOS DÍAS.
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