Querida esposa, mi Artillera. Esta es la mía, la de la Fiel Infantería. Te supongo feliz de verme contento. Te adivino, cabe nuestra Patrona, señalándome con tu dedo y diciéndola. Ese, ese, es mi Infante, el que me escribía, cada día, desde la Auditoría de Guerra de Burgos.
Y mamá, sigo escribiéndote desde mis blogs con el cariño de siempre y con la esperanza de besarte una vez más, con el mismo amor que besé la bandera en Araca. (Vitoria.)
Aquí estamos fotografiados todos los reclutas de nuestra tienda de campaña.
Tras la Jura de la Bandera. Guante blanco, y apoyados en el tablón que portaba la caricatura de cada nuevo soldado. Bajo él, el titular de nuestra Tienda "EL ARCA DE NOÉ, CON TODA CLASE DE ANIMALES". Bueno, animales, animales, no. Amigos, compañeros que compartimos días de instrucción, de fraternidad y de lazos entre: vascos, cántabros y castellanos.
De guante blanco, con los macutos listos para partir a nuestros distintos destinos, tras un rancho especial y un fuerte abrazo cordial.
Me encantaría volver a verlos, ya casi jubilados, seguramente abuelos, capitanes sin mando en casa. Unos felices, otros - ya idos- y alguno, como yo, solitarios por la partida de sus más queridos miembros familiares.
Infante, Infantería, su Patrona. Tanto ha trabajado uno, ha laborado cada día, se ha entregado a sus obligaciones que, ahora a mis 80 años, me entero, gracias a preciosos blogs, del motivo, de la causa, de contarme entre los agraciados con el patronazgo de le la Inmaculada Concepción.
Situemosnos: año de 1585, lugar: la isla de Bommel entre los ríos Mosa y Valcal, acción bélica: Empel. Personajes: Don Francisco de Bobadilla, al mando de tres Tercios de Holanda, de Zamora, dicen otros. Sesenta y una banderas, 5000 hombres, "diablos" dicen sus admiradores de entonces. Dependientes de los tercios de Alejandro Farnesio. Piqueros, mosqueteros y arcabuceros, dotados de piezas artilleras. Andaluces, Gallegos, Vascos, Catalanes, Navarros, Manchegos,
Todos, todos a una, tras la Cruz de San Andrés para orgullo de sus Tercios.
Todos, todos a una, tras la Cruz de San Andrés para orgullo de sus Tercios.
País: Flandes, Holanda. Por un lado fuertes países unidos por el luteranismo contra España, Defensora de su Fe.
Tras diversas acciones, toma de fuertes, emplazamientos de culebrinas y cañones ligeros, en un terreno llano como la palma de la mano, nuestros 5000 diablos se ven cercados, acorralados por los navíos holandeses, mandados por el Conde de Holac. Diestros navegantes, avezados en viajes a las Indias en el comercio de especias y, ahora, dedicados a luchar contra Hispania.
Para los holandeses la tarea era fácil. Batir con su artillería naval un terreno llano, sin obstáculos donde guarecerse. El sitio, se prolonga, llega el invierno, el frío, los 5000 diablos carentes de abrigos naturales, empapados y faltos de recursos alimentarios. Varias expediciones en su auxilio fracasan.
El Conde de Holac, acomete una vez más, la táctica de la inundación del terreno enemigo. El río Mosa discurría por un canal más alto que los emplazamientos del Tercio. El holandés, rompe el dique del Mosa e inunda y anega los campos de Francisco de Bobadilla. Los 5000 diablos tienen que retirarse a una elevación del terreno abandonando sus armas artilleras. Agrupados en lo alto, exhaustos, ateridos, el Tercio se prepara para el asalto final.
El Holandés ofrece a Bobadilla una rendición honrosa. Don Francisco consulta con sus capitanes y tropa. Todos prefieren morir y tras morir tratar las condiciones (! qué tíos!)
Honor y honra hasta después de muertos. Preparados para un desdichado final, cavan sus trincheras. Al cavar la suya, uno de los 5000 diablos, se ve sorprendido por la aparición de un marco de madera conteniendo un lienzo flamenco. Poco a poco, con cuidado lo va rodeando hasta extraerlo. !Sorpresa!, el lienzo contiene una imagen de Nuestra Señora que cuidadosamente apoya sus pies sobre la media luna. !La Inmaculada Concepción!. Ante el hallazgo, grita, llama a sus compañeros, se lo enseña y los 5000 diablos, se arrodillan ante ella presagiando su salvación. Los tres Tercios se inflaman en ardor guerrero. Su moral alcanza límites insospechados. Todos, como siempre, en cada combate se ponen en paz con Dios y, tras ello, velan sus armas en la noche oscura.
Oscura, negra, la noche. Un gélido viento solidifica el agua trocándola en una gruesa capa de hielo. Las naos holandesas, ante el temor de quedar aprisionadas entre el hielo, se alejan, intentan escapar.
Es el momento milagroso para nuestros tercios. Avanzan sobre el hielo, sus mosquetes y arcabuces causan enormes bajas entre los holandeses que se retiran abandonando prisioneros y heridos. Liberados del cerco, las 61 banderas logran una sonada victoria apoderándose de barcazas, pertrechos y navíos. Era el 8 de Diciembre de 1585.
La noticia corre, como la pólvora de Flandes a Italia. Todos los Tercios declaran Patrona a La Inmaculada Concepción.
La imagen milagrosa es llevada a lo alto de la Isla para su veneración. Hoy día, una ermita recuerda la acción bélica que obligaba a vocear a los holandeses, mientras huían.- Dios está del lado de los españoles.-
No sólo la Infantería Española la acoge como Patrona. Todas nuestras Órdenes Militares se entregan a su advocación. El 12 de Noviembre de 1892, una Real Orden, ratifica la voz militar nombrando a la Inmaculada como Patrona del Ejército de Tierra.
España entera, se vuelca con el dogma de la Purísima y la imagen de la Inmaculada, en Roma, es el centro de la Plaza de España
https://www.youtube.com/watch?v=EaVp5xnPDl0
Tras diversas acciones, toma de fuertes, emplazamientos de culebrinas y cañones ligeros, en un terreno llano como la palma de la mano, nuestros 5000 diablos se ven cercados, acorralados por los navíos holandeses, mandados por el Conde de Holac. Diestros navegantes, avezados en viajes a las Indias en el comercio de especias y, ahora, dedicados a luchar contra Hispania.
Para los holandeses la tarea era fácil. Batir con su artillería naval un terreno llano, sin obstáculos donde guarecerse. El sitio, se prolonga, llega el invierno, el frío, los 5000 diablos carentes de abrigos naturales, empapados y faltos de recursos alimentarios. Varias expediciones en su auxilio fracasan.
El Conde de Holac, acomete una vez más, la táctica de la inundación del terreno enemigo. El río Mosa discurría por un canal más alto que los emplazamientos del Tercio. El holandés, rompe el dique del Mosa e inunda y anega los campos de Francisco de Bobadilla. Los 5000 diablos tienen que retirarse a una elevación del terreno abandonando sus armas artilleras. Agrupados en lo alto, exhaustos, ateridos, el Tercio se prepara para el asalto final.
El Holandés ofrece a Bobadilla una rendición honrosa. Don Francisco consulta con sus capitanes y tropa. Todos prefieren morir y tras morir tratar las condiciones (! qué tíos!)
Honor y honra hasta después de muertos. Preparados para un desdichado final, cavan sus trincheras. Al cavar la suya, uno de los 5000 diablos, se ve sorprendido por la aparición de un marco de madera conteniendo un lienzo flamenco. Poco a poco, con cuidado lo va rodeando hasta extraerlo. !Sorpresa!, el lienzo contiene una imagen de Nuestra Señora que cuidadosamente apoya sus pies sobre la media luna. !La Inmaculada Concepción!. Ante el hallazgo, grita, llama a sus compañeros, se lo enseña y los 5000 diablos, se arrodillan ante ella presagiando su salvación. Los tres Tercios se inflaman en ardor guerrero. Su moral alcanza límites insospechados. Todos, como siempre, en cada combate se ponen en paz con Dios y, tras ello, velan sus armas en la noche oscura.
Oscura, negra, la noche. Un gélido viento solidifica el agua trocándola en una gruesa capa de hielo. Las naos holandesas, ante el temor de quedar aprisionadas entre el hielo, se alejan, intentan escapar.
Es el momento milagroso para nuestros tercios. Avanzan sobre el hielo, sus mosquetes y arcabuces causan enormes bajas entre los holandeses que se retiran abandonando prisioneros y heridos. Liberados del cerco, las 61 banderas logran una sonada victoria apoderándose de barcazas, pertrechos y navíos. Era el 8 de Diciembre de 1585.
La noticia corre, como la pólvora de Flandes a Italia. Todos los Tercios declaran Patrona a La Inmaculada Concepción.
La imagen milagrosa es llevada a lo alto de la Isla para su veneración. Hoy día, una ermita recuerda la acción bélica que obligaba a vocear a los holandeses, mientras huían.- Dios está del lado de los españoles.-
No sólo la Infantería Española la acoge como Patrona. Todas nuestras Órdenes Militares se entregan a su advocación. El 12 de Noviembre de 1892, una Real Orden, ratifica la voz militar nombrando a la Inmaculada como Patrona del Ejército de Tierra.
España entera, se vuelca con el dogma de la Purísima y la imagen de la Inmaculada, en Roma, es el centro de la Plaza de España
MAMA. UN BESO PARA TI, DE UN INFANTE QUE TAMBIÉN BESÓ NUESTRA BANDERA. buenas noches amor.
... y en la frente dolorida, Tú y la Patria agradecida, me devolvereis el beso que recibisteis.
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