Actualmente denominado Jardín del Recreo, justamente, como bien sabes, -mama- al pie de nuestra vivienda, un jardín para peques, padres y ancianos.
Antiguamente se le denominaba Jardín del Embobadero. Situado en las afueras del casco histórico era el lugar apropiado para las parejas enamoradas. En su lindero sur , el altísimo paredón del monasterio de monjas cistercienses de Santa Ana, evitaba indiscretas miradas y daba rienda suelta a gestos amorosos. Desde hace años la huerta cisterciense trocose en modernos bloques de viviendas. El monasterio, es hoy sede de la Junta de Castilla y León en Ávila. De aquella huerta contamos en nuestro bloque de viviendas con el monástico pozo de agua, justamente bajo el depósito de fuel-oil de nuestro sistema calefactor.
Hoy mismo he cruzado en ida y vuelta el Embobadero a consecuencia de aceptar una notificación municipal sobre la transmisión de pleno dominio de nuestra casita, causada por tu fallecimiento y testamento. Embobado estoy de papeleos que son salario recibido en saco roto. ¡Por favor, que la Administración nos deje en paz y calma con nuestro dolor!.
Al volver, crucé de nuevo el Embobadero. Junto al tejo de su rotonda central me morí de envidia comtenplando a las parejas de ancianos que, bastón en mano, apoyados entre si, paseaban la soleada mañana. De mi interior -bronco y fuerte- se me escapó el deseo mudo de pedir siguiesen así, juntos y unidos muchos años, que no les historiase nuestro suceso de estar separados y lejos uno del otro como a nosotros y a los 78 y 79 años, ya, hace días, mis 80.
Por ello, mama, sueño con llegar, aunque sea embobado a tu
VOVER A VERTE YA, EN TU EMBOBADERO.
Las lágrimas me van a humedecer este blog. Perdón.
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