Querida Justa. Hoy, nuestro hijo, por sacarme del encierro casero, me ha subido hasta el castillo de Manqueospese. Él y mi nieto lograron entrar dentro, yo permanecí en el exterior repasando, con lágrimas, las anteriores y familiares visitas a la fortaleza. Al castillo le faltaba algo, a sus torreones y a mi, nos faltabas tú.
Vamos al tema de hoy. Dicen que el estado de viudedad lo llevan mejor las mujeres y peor los hombres. Todos, lo llevamos mal pero la experiencia, madre de los dichos, tiene sus razones. Siempre, mama, dijiste que no necesitabas asistentas para tus labores caseras, que tú las hacías a tu gusto y manera y hasta afirmabas - En mi casa, las faenas yo -
Pese al galopante paro laboral, en tu hogar no cabía una pequeña disminución al mismo. Creaste escuela y yo, el alumno.
Ahora, en mi casa las labores caseras las desarrollo yo. Lavadora, bien. Plancha, cum laude en camisas, menos laude en polos. Fregona, mopa, escobón y fregasuelos, sobresaliente. Pero, LA COCINA, Dios me asista, la cocina es mi asignatura pendiente. Fuera de la sopa de estrellas,con caldo de la abuela, y filetes de lomo adobado fritos no tengo mas entradas en la carta de mi restaurante - Plato único y permanente por ahora-
Hace días, me atreví con los garbanzos (venían cocidos en un tarro) y quedaron bastante aceptables para mí; para mi nieto los pellejitos de la piel que envuelven el garbanzo fueron un insuperable.
Otro día, me lié con un tarro de lentejas, abandonando mi fregona, mi plancha e incluso el aspirador, pasé la mañana dando vueltas a las lentejas en la cacerola. Prueba primera (duras), pueba segunda tras 10 minutos (duras) y... así hasta las 13,15 horas en que tenía que salir volando hacia el colegio de Darío para recogerle. Solución final, lanzamiento de las lentejas, por malas, por pesadas, por insolidarias y por DURAS al WC.
La próxima prueba lentejeril será en unos días, pero esta vez, siguiendo los consejos de mis cuñadas y sobrinas, abandonaré la cacerola y osaré usar la olla expres
MAMA, POR FAVOR, AYUDAMÉ.
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