PRÍNCIPE. ¿TU VENUS?.

Alteza, siempre que os he visitado he lamentado veros tan solo. Vos, nacido para regir un reino, predestinado para una vida plena de acción, estáis bajo las frías bóvedas de este Monasterio de Santo Tomás, petrificado en mármol frío de Carrara, bellamente cincelado por el escultor florentino Domenico Di  Alessandro Fancelli desde el año de 1512.

La obra del escultor, testada por vuestra insigne madre Isabel, cumplida por vuestro padre Fernando y encargada por Don Íñigo, Conde de Tendilla, nos legó vuestro auténtico rostro gracias al cuadro aportado por Don Íñigo al escultor florentino.

Dicen que moristeis de amores, que vuestra adoración por Margarita de Austria, debilitó vuestro flaco Marte, en su plena dedicación hacia vuestra Venus.

Razón tenía vuestro suegro Maximiliano, Rey de Romanos, cuando decía: Los reinos que a otros da Marte, a los Habsburgo nos lo da Venus.

CATALINA DE NAVARRA.

Alteza, en vuestra época los enormes costos militares, la fuerza de Marte, muchas veces eran saldadas con promesas matrimoniales.
Vos mismo, fuisteis prebenda de paz deseada, para Catalina de Foix, en las demandas agramontesas navarras. También para la prolífica descendencia de Ferrante I de Nápoles. Vuestro egregio padre pactaba, si podía, aliado con Cupido, hasta con su descendencia extramatrimonial. La conjunción de Marte y Venus saltó de suceso astronómico a baza política.

Excelencia, tuvisteis la gran suerte, la magnifica alineación  planetaria con vuestra Venus: Margarita de Austria, una de las mujeres mas inteligentes de la Historia. Desde sus tres años de edad prometida al Delfín de Francia, futuro Carlos VIII, residió en la refinada corte gala. El francés, se decidió, finalmente, por Ana de Bretaña. Margarita volvió con su dote, el Franco Condado, a los Países Bajos hasta que la diplomacia concertó vuestro matrimonio con ella. Lo que perdió Carlos lo ganasteis Vos. Por poco espacio de tiempo, pero pleno de intensidad y entrega.

Previsora, la prudente Margarita, embarcó hacia España. Una galerna puso en peligro a la flota que la escoltaba. Margarita temió lo peor. Se ahogaría, pero facilitaría el rescate de su cadáver. Precavida ella, rellenó una tablilla que colgó de su esbelto cuello con este texto:
"Aquí, yace Margarita, gentil damisela, dos veces casada y muerta doncella"
Afortunadamente, para Vos, la mar se calmó, y pudisteis abrazarla en la costa cántabra. Nacidos uno para el otro, Cupido os ensartó con sólo una de sus flechas: Venus y el enclenque Marte, se alinearon, tan de repente, que cuentan os desposasteis, a poco de iniciar el camino en la iglesia de Santa Cecilia en Villasevil (Cantabria).

MARGARITA DE AUSTRIA.

Unos pocos meses duró, Excelencia, vuestra intensa y amorosa unión. Los amores, vuestra débil salud, la tuberculosis,... aconsejaban separaros:
Vuestra insigne Reina, vuestra madre, exclamó:
No separe el hombre lo que Dios unió.

Salamanca, se vistió de luto. El Príncipe de Asturias y Gerona, Duque de Montblanc, Conde de Cervera y Señor de Balaguer, entregó su alma a Dios el 4 de Octubre de 1497.

EL fruto de sus amores con Margarita constituía el legado hacia el futuro. Marte y Venus no estaban alineados. Era una princesita, pero nació sin vida, pese al amor volcado por sus padres por ella.

Alteza, Margarita volvió sola a Flandes. 

Excelencia, desde entonces estáis solo. Lamento que tanto amor volcado entre Venus y Marte tengan sepulcros distantes. Vuestro cariño se merecía un mausoleo conjunto. Ingrato destino. 

Me encantaría ver su femenina imagen, en mármol, junto a Vos. Pero no. Su bella efigie en alabastro queda lejos, muy lejos, en el Monasterio de Brou, en el Franco Condado. (Francia).

Tras vuestro fallecimiento, Margarita ejerció de Gobernadora de los Países Bajos. 

Se entregó totalmente a la educación de sus sobrinos: Carlos, (futuro Emperador), Leonor, Isabel y María. Sus cuidados, su educación, sus consejos la convirtieron en su querida tía, afanada en los más mínimos pormenores. Carlos, encontró en ella, a su más fiel y acertado consejero.

Alteza, perdonad mi atrevimiento, deseo mostraros a Margarita, su yacente imagen, bella como siempre. Si pudiera la traería, desde la iglesia de Brou, junto a Vos. Temo vuestra secular soledad.

Querida Mamá. Me duele la soledad del Príncipe. De su mausoleo, sus restos, fueron profanados en 1809. Se desconoce su paradero. Hasta la cancela de plata que cerraba su sepulcro fue sustraída en la Guerra de la Independencia. El aguerrido Marte tiene sus defectos.

Mamá, espero que tras mi salida de este solitario vivir, me permita yacer, junto a ti, en nuestro humilde nicho. Juntitos hasta el esperado nuevo amanecer. Hasta la alineación eterna de mi Marte con tu inolvidable Venus.


BUENAS NOCHES.
MAMÁ.
 









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