Querida Mamá. Septiembre de 1974. Covadonga, la Ruta del Cares, San Vicente de la Barquera, Santillana y nuestro centro de operaciones en el "Hostal Regna" de Torrelavega. Santander, lleno, imposible de obtener plaza. Después nos alegramos de la cordial acogida y trato disfrutado en el "Hostal Regna".
Nuestro hogar, actualmente no es ni parecido al de hace años. Hoy, tras tu partida, echa de menos las vocecitas, las risas, las carreras de nuestros hijos y nuestras sobrinas. Aquella, si que era una casa llena de vida. Toda la grey infantil, comía en una larga mesa, tras su jornada escolar: Alfonsito, Lucía, Belén y Álvaro relataban sus vivencias colegiales. Tú y yo, encantados de sus conversaciones. Mamá, siempre nos han gustado los niños, era alegre convivir con ellos... más tarde, crecieron. Salamanca, León, Las Palmas y Barcelona nos les arrebataron. Nuestra casa se tornó silenciosa, la privada universidad casera cerró las aulas y abrió su puerta a sus jóvénes hacia estudios, licenciaturas y servicios militares.
Cuánto te gustaban los niños. Siempre con imagen seria en tus fotos, salvo cuando en tu regazo, abrazabas a tus hijos o tus sobrinas. Entonces sí, tu sonrisa abarcaba y hasta extendía la comisura de tus labios. Por instinto, eras maternal, volcada hacia esos "locos bajitos" de Serrat. Para ellos, en tu casa no existía aquella frase. "ESO, NO SE DICE, NO SE HACE, NO SE TOCA". Quizás lo de " no se toca" lo sentenciaste alguna vez. !Claro, bayeta en mano!, para recuperar, al instante, el hollado brillo.
Tus sobrinas te adoraban. Tú no eras su tía, eras mucho más, su "TITA" apelativo lleno de reconocimiento y cariño. Tanto, que tras irte, abren sus móviles con tu imagen cariñosa hacia la suya.
Hoy, como todos los fines de semana, he subido al Camposanto de Tornadizos, a charlar un rato contigo, a hacernos compañía el uno al otro como siempre. A dejarte y, desde la puerta grande, decirte de nuevo !Adiós! antes de subir al coche. Ahora, puedo hacerlo, llegará un día en el que no pueda visitarte. Será triste, pero la mayor tristeza la estoy pasando ahora de vuelta a nuestra casa. No es la misma, suena a piso vacío, los tabiques suenan a ecos pasados, cada mueble, cada ajuar, un recuerdo tuyo, que me mueve a tristeza, a olvidar la felicidad pasada y, egoísta yo, a pensar en un futuro sin ti, mi amor.
Un rayo de esperanza, mañana lunes, recogeré a Darío en el colegio, vendrá a comer -conmigo- su sopa de estrellas, su par de filetes y sus anheladas fresas, esta vez marroquíes.
Mañana, Darío, será mi "loco bajito" a quien aseveraré -cariñosamente- ESO, NO SE DICE. ESO NO SE HACE. ESO NO SE TOCA. Especialmente el "no tocar" pues pone sus manos, sus deditos, en todo: paredes, puertas, interruptores... pero !hala! tengo bayetas.
Tras nuestra comida, su padre se lo llevará a la clase de lengua inglesa. La casa , nuestra casa, Mama, sonará de nuevo a vacía. Sus tabiques emitirán sordos ecos, cada ajuar, cada mueble un recuerdo.
MAMA, TE FUISTE MUY PRONTO.
SOLO TENGO LA ENTRAÑABLE COMPAÑÍA DE DOS ALEGRES "BAJITOS": DARÍO Y ANA.
BUENAS NOCHES MI AMOR.
Nuestro hogar, actualmente no es ni parecido al de hace años. Hoy, tras tu partida, echa de menos las vocecitas, las risas, las carreras de nuestros hijos y nuestras sobrinas. Aquella, si que era una casa llena de vida. Toda la grey infantil, comía en una larga mesa, tras su jornada escolar: Alfonsito, Lucía, Belén y Álvaro relataban sus vivencias colegiales. Tú y yo, encantados de sus conversaciones. Mamá, siempre nos han gustado los niños, era alegre convivir con ellos... más tarde, crecieron. Salamanca, León, Las Palmas y Barcelona nos les arrebataron. Nuestra casa se tornó silenciosa, la privada universidad casera cerró las aulas y abrió su puerta a sus jóvénes hacia estudios, licenciaturas y servicios militares.
Cuánto te gustaban los niños. Siempre con imagen seria en tus fotos, salvo cuando en tu regazo, abrazabas a tus hijos o tus sobrinas. Entonces sí, tu sonrisa abarcaba y hasta extendía la comisura de tus labios. Por instinto, eras maternal, volcada hacia esos "locos bajitos" de Serrat. Para ellos, en tu casa no existía aquella frase. "ESO, NO SE DICE, NO SE HACE, NO SE TOCA". Quizás lo de " no se toca" lo sentenciaste alguna vez. !Claro, bayeta en mano!, para recuperar, al instante, el hollado brillo.
Tus sobrinas te adoraban. Tú no eras su tía, eras mucho más, su "TITA" apelativo lleno de reconocimiento y cariño. Tanto, que tras irte, abren sus móviles con tu imagen cariñosa hacia la suya.
Hoy, como todos los fines de semana, he subido al Camposanto de Tornadizos, a charlar un rato contigo, a hacernos compañía el uno al otro como siempre. A dejarte y, desde la puerta grande, decirte de nuevo !Adiós! antes de subir al coche. Ahora, puedo hacerlo, llegará un día en el que no pueda visitarte. Será triste, pero la mayor tristeza la estoy pasando ahora de vuelta a nuestra casa. No es la misma, suena a piso vacío, los tabiques suenan a ecos pasados, cada mueble, cada ajuar, un recuerdo tuyo, que me mueve a tristeza, a olvidar la felicidad pasada y, egoísta yo, a pensar en un futuro sin ti, mi amor.
Un rayo de esperanza, mañana lunes, recogeré a Darío en el colegio, vendrá a comer -conmigo- su sopa de estrellas, su par de filetes y sus anheladas fresas, esta vez marroquíes.
Mañana, Darío, será mi "loco bajito" a quien aseveraré -cariñosamente- ESO, NO SE DICE. ESO NO SE HACE. ESO NO SE TOCA. Especialmente el "no tocar" pues pone sus manos, sus deditos, en todo: paredes, puertas, interruptores... pero !hala! tengo bayetas.
Tras nuestra comida, su padre se lo llevará a la clase de lengua inglesa. La casa , nuestra casa, Mama, sonará de nuevo a vacía. Sus tabiques emitirán sordos ecos, cada ajuar, cada mueble un recuerdo.
MAMA, TE FUISTE MUY PRONTO.
SOLO TENGO LA ENTRAÑABLE COMPAÑÍA DE DOS ALEGRES "BAJITOS": DARÍO Y ANA.
BUENAS NOCHES MI AMOR.
https://www.youtube.com/watch?v=98AZoTWpsgc