sábado, 17 de octubre de 2015

24 ROSAS PARA TI.

Mama, aquí me tienes de nuevo. Estoy golpeando con los nudillos del alma a tu puerta en la estrella. !Abreme! tan solo la puerta de tu corazón a través de la mirilla que me impide ver tu bonita cara y así, charlar un rato contigo.

No me importa no verte, tengo tu bella imagen en el escritorio del P.C., en el porta fotos sobre mi mesa de trabajo, en la mesilla de nuestra alcoba. Tu imagen reina por toda la casa y hasta en mi cartera-monedero. Conmigo paseas la casa, salimos a la calle, vamos al cajero del banco y... hasta tomamos juntos un café en el "Maspalomas".

Cercano ya el Día de Todos los Santos y el de Difuntos, estaba obligado a encargar un ramo de flores que, a duras penas, podré colocar en tu nicho y el de nuestro hijo Álvaro. Sí, ya sé que vuestras lápidas están casi ocultas tras el vergel floral que os hemos dedicado. Mi piadoso cuñado de Madrid me decía -Oraciones, oraciones- y yo siempre respondía -Oraciones y flores-.

Tú y yo, sobre estas fechas, comentamos de cara al futuro lejano, sobre el abandono en que se verán nuestros enterramientos. Hemos visto nichos y tumbas abandonadas, cubiertas por el musgo y el césped, unas amapolas silvestres eran las únicas consoladoras de su añeja soledad. Así, con los años, se verán las nuestras. Recién avecindados en la Ciudad de los Caballeros solía pasear cabe la ermita de Nª. Sª. de la Cabeza. Junto a su linde observaba el desordenado calvario de un viejo cementerio. Cruces derribadas, lápidas rotas, cabeceros rotos y pieceros hollados. Tras unos años todo aquello fue terraplenado, allanado y sobre el viejo cementerio se montaron unos barracones prefabricados. !Qué solos se quedan los muertos!.

Nuestros muertos, mientras yo viva y pueda subir hasta ellos, mantendré vuestra granítica memoria limpia, vuestros nombres bronceados aptos para lectura y recuerdo.

Esta tarde llamé a Fermín nuestro viejo amigo y propietario de la "Floristería Maranta". 

Toda la mañana me traje el tejemaneje sobre las flores a dedicaros:
El Romero simboliza el recuerdo. La Camelia es un vocear el quererte siempre. La Madreselva pregona que fuimos hechos el uno para el otro. El Crisantemo habla de un amor ido y doloroso. Los Tulipanes, según su número, la hora de nuestra cita. Solo Dios sabe nuestra próxima cita y deseado encuentro. El Nomeolvides, lo llevo plantado en mí. La Violeta, delicada y fragante eres tú.

La conversación con Fermín fue larga, mis dudas prolongaban el acertar con el pedido final sobre mis rosas para ti.

Una rosa representa el amor a primera vista, el mío nació en cuanto te vi.
Seis rosas simbolizan una gran pasión, mi vieja pasión, hoy entristecida, adormecida por no tenerte cabe mí.
Diez rosas expresan los mejor de la vida. Nuestros 48 años juntos lo mejor y lo mas hermoso.
Doce rosas, sí las que te dedicaba en San Valentín.
Veinticuatro rosas proclaman, hasta vocean el amor eterno, el nuestro mama.

-No se hable más Fermín -24 rosas embebidas en romero, madreselva y bajo ellas un ramito de violetas. ¿vale?. ! Hasta el Día de Todos los Santos!. Un cordial saludo.- 
 Tras ello colgué el teléfono.




Tú mama, tú si que eras un precioso ramo de flores. El mas bonito y querido de nuestro hogareño jardín. Sobre el ramo un sobre con una amapola en su interior. La amapola es mi carta con el deseo de que estemos juntos lo antes posible.

VOLVER A VERTE, YA.

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