jueves, 29 de octubre de 2015

CASA CON DOS PUERTAS, MALA DE GUARDAR.

Mi muy querida esposa. En esta noche, a las 23,15 horas, se cumplirán ocho meses de tu partida y mi soledad. Dejó de latir tu corazón serenamente. Saliste, tras cerrarte tus ojos preciosos, por la puerta que te llevó a la Eternidad. Dejaste la tercera planta del hospital Sonsoles y volaste hacia la Estrella de las mil y una puertas, donde pende el cartel de ENTRADA. Para mi pesar no cuelga, ni uno solo, que  vocee: SALIDA.

Como dice el refranero CASA DE DOS PUERTAS, MALA DE GUARDAR. Ojala tu nueva casa contase con puertas de retorno hacia la nuestra, solo para repetir - al menos- un día compartido contigo. Con Jesús de Nazaret has compartido el Adiós, ya solo te resta compartir la Resurrección.

DONDE UNA PUERTA SE CIERRA OTRA SE ABRE.

La noche va de portazos, pues no abandono el tema.

En la reconquistada Ávila, cada linaje o casa noble, edificaba su palacio cabe una de las puertas de la muralla. Esta decisión fue tomada para mejor defender las entradas a la ciudad.

El palacio de Don Pedro Dávila, protegía la Puerta de El Rastro. Es la muestra más antigua de dichas edificaciones. Tan antigua, que la Casa de los Dávila: Marqueses de Las Navas y Señores de Villafranca, a la par, descendientes de Esteban Domingo (escudo de trece roeles)y de caballeros acompañantes del Cid Campeador en su destierro. fue levantado con piedra idéntica a la del cinturón ciudadano almenado. Consta de dos entradas con arco de medio punto dotadas de enormes dovelas y, posteriormente, con una gran ventana que será el centro de este tema.


Sobre una de las puertas destaca un eficaz matacán, su defensa en previsión de haber perdido la resistencia al atacante en la Puerta de El Rastro. Bajo él, se enmarca el escudo del Marquesado de Las Navas, sostenido por dos salvajes lanudos encadenados  y, en los laterales, dos heraldos a caballo.

En nuestro blog sobre el castillo de MANQUEOSPESE, relatábamos como el alcaide de dicho castillo enviaba, con su nocturna hoguera, suspiros amorosos hasta la dama de su corazón que, cada noche velaba - a la espera- en el balcón o galería situado sobre la Puerta de El Rastro y que forma parte del Palacio.

Por aquella época, llegada la noche, Ávila cerraba las enormes puertas de su recinto amurallado. Don Pedro Dávila no deseaba verse encerrado, quizás disfrutaba con paseos nocturnos. Por ello, mando abrir un portillo retrechero en el lienzo amurallado, lindante con su palacio. Así, tenía libertad de movimientos tras el toque de retreta.


Un día, el Concejo de Ávila, le ordenó cerrar y cegar dicho portillo, mandato que molestó y encorajino al Marqués. Don Pedro, luchador y ganador en las lides de Tordesillas y Olmedo, sintió herido su orgullo, buscó como resarcirse públicamente, tras tapiar el portillo que accedía al Paseo de El Rastro.

Posteriormente abrió un enorme ventanal clasicista que abría luces a la plaza que lleva su nombre (Pedro Dávila).
En la parte inferior del vano o hueco del ventanal mando inscribir esta frase.



DONDE UNA PUERTA SE CIERRA, OTRA SE ABRE.

Don Pedro Dávila, satisfecho su herido honor, durmió tras la ventana, a pierna suelta.
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Querida Mamá, mi nena, no puedo acceder a tu puerta ni a tu ventana.
!Tenemos una,! el blog que cada noche te dedico.
Como Don Pedro, bajo el alféizar de nuestro blog - cordial ventanal para nosotros-  inscribimos esta frase.

DONDE UNA PUERTA SE CIERRA, UN BLOG SE ABRE.
BUENAS NOCHES, MI NIÑA.

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