Mama, deja de quitar el polvo a tu estrella, está refulgente esta noche, sacude el paño y descansa un poco, quiero contarte un suceso del siglo XII acaecido en el Monasterio de Santa María de Bujedo.
El monasterio fue fundado por Doña Sancha Díaz de Frías en 1162 con el apoyo del rey Alfonso VIII, ese que dio una buena paliza a los islamitas de antaño.
Para dar vida al monasterio, Doña Sancha trajo de Francia a los Monjes Blancos (los Premostratenses) , canónigos regulares fundados por San Norberto y con Regla de San Agustín.
De los recién llegados destacamos a dos monjes y un lego. Abelard, el Abad, hombre diminuto, callado, silencioso y afectado por el " Fuego de San Antonio",seria enfermedad, causada por el pan de centeno contaminado por el hongo cornezuelo. Caminaba siempre sigiloso cual alma en pena. Abría las pesadas puertas antiguas sin el menor chirrido.
Leopold, mano derecha del abad, monje muy preparado en la enseñanza de la predicación, formador de los novicios y conocedor, a fondo, de virtudes y defectos de los principiantes. Al novicio que tomaba ojeriza ni vela le daba en un entierro. Leopold, pasaba las noches en vela, ya que durante el día padecía somnolencia batiendo cabezadas al mínimo sopor.
Y finalmente, el hermano Theophile, lego, mano derecha, izquierda y pies del Padre Leopold, era su sombra en las prácticas de predicación, en la huerta, en la cocina, en el refectorio; en las letrinas !NO!.
Las prácticas de predicación, era la clase educativa preferida del Padre Leopold. Un novicio exponía un tema de predicación sobre el Infierno, eso sí, procurando seguir las pautas mil veces indicadas por Leopold de: exponer ejemplos, indicar comparaciones y gritar contra los incumplidores de la ley divina.
Leopold, sentaba a su lado al Hermano Theophile indicándole siempre - Cuando al reloj de arena le reste una uña, déme un codazo-
El exponente del tema Infierno, era el ojo derecho de Leopold. Cabezadas y cabezadas de Leopold. Codazo para despertarle del lego, salida del sopor y el grito tronante de Leopold. ¡ CONCLUSIÓN, CONCLUSIÓN!.
- Muy bien, estupendo, una magnífica exposición sobre el Infierno, han existido ejemplos, comparaciones y potentes gritos a los pecadores. Bien -
La siguiente ronda correspondía a Pierre, un novicio apocado, temeroso y cortito, además no era un privilegiado para el Padre Leopold.
Comienza Pierre la prédica. Cuando al reloj de arena le restaba una uña, el hermano lego, propina el acordado codazo para interrumpir las cabezadas de Leopold.
-!CONCLUSIÓN, CONCLUSIÓN!, muy mal hermano, muy mal: ni ejemplos, ni comparaciones y eso sí, vocecitas mudas a los pecadores. Un desastre.
El turno final fue para el novicio Damien. Comienza su exposición y al rato Leopold, soporífero, inicia su cabeceo místico.
El reloj de arena estaba lleno. De pronto, sigilosa, se abre una puerta y tras ella el Abad Abelard, éste con paso cansino y callado propina un codazo al Padre Leopold.
-!CONCLUSIÓN, CONCLUSIÓN!. El somnoliente Leopold, abre los ojos y, asombrado contempla la figura del recatado Abad. Éste, le dice - Padre, envíe al Hermano Theophile al gallinero para recoger los huevos y llevárselos al hermano cocinero, Gracias-.
Leopold, nada confuso, pero nervioso, se enfrenta al exponente Damien.
-Hermano, muy mal, muy mal, he tenido que interrumpirle nada mas comenzar, por invertir su exposición sobre los mandamientos; tenía usted mas temblor que el de Moisés en el Sinai. El próximo día, a repetir su exposición: con ejemplos, comparaciones y gritos tronantes a los pecadores.
El hermano Theophile, no aguardó mas, salió a toda mecha camino del gallinero por si le tocaban alguna pluma.
Colorín, colorado... ¿Mama, te ha gustado?
UN FUERTE ABRAZO PARA TI
VELA MI NOCHE.
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